Pescador entregando el anillo de San Marcos al Dux de Paris Bordone
En el siglo XV, los miembros de la saga de pintores Bellini, con el patriarca Jacopo a la cabeza y sus hijos Gentile y Giovanni, habían trabajado en diversos cuadros sobre la vida de San Marcos, precisamente destinados para la Scuola di San Marco en Venecia. Pero mucho después se le encargo a Paris Bordone (1500 – 1571) esta nueva escena de carácter póstumo del santo, ya que no es un episodio protagonizado por él, aunque sin duda San Marcos está muy presente.
Además de los elementos ya mencionados, es importante destacar la presencia de la luz en esta obra. Bordone utiliza la iluminación para dar vida a la escena, creando un contraste entre las figuras en primer plano y las arquitecturas en el fondo. La luz también juega un papel importante en la representación de los detalles, como las texturas de las telas y la piel de los personajes, así como en la creación de una atmósfera de solemnidad y misterio.
En la escena vemos como un pescador de origen muy humilde le entrega al Dux Bartolomeo Gradenigo el anillo del santo, el cual se lo había dado a él personalmente. Es un cuadro tremendamente imaginativo, ya que el pintor se inventa esta escena cargada de ceremonial, y desde luego se inventa gran parte de las arquitecturas, ya que poco tienen que ver con el aspecto real del Palacio Ducal de Venecia. No obstante hay que decir que cuando Bordone pintó la obra, hacia 1530, la Plaza de San Marco estaba siendo remodelada por orden del dux Andrea Gritti, el cual sin duda le sirvió de modelo para su cuadro.
La pintura también destaca por su composición. Bordone utiliza una disposición diagonal para guiar la mirada del espectador desde el pescador en el primer plano hasta el Dux en el fondo. Esta técnica, junto con el uso de la perspectiva, crea una sensación de profundidad y movimiento en la obra.
De alguna forma la protagonista del cuadro viene a ser esa arquitectura, ya que nos coloca toda la escena de la ceremonia como alejada y envuelta en esas construcciones.
Por otra parte, aunque la obra la ideó para la sala del Albergo de la Scuola de San Marco donde estaría junto a otros cuadros de los Bellini, especialmente de Gentile, en la actualidad para verla hay que visitar la Galería de la Academia de Venecia.
Para algunos historiadores, esta es la mejor obra de Paris Bordone, si bien se ven sus carencias y sin duda pierde en la comparación con otros pintores que trabajaban en Venecia por aquellos años, y sobre todo si lo comparamos con Tiziano, quien fue su maestro durante un corto periodo de tiempo según el famoso biógrafo Giorgio Vasari.
Si bien es verdad que pocos pintores a lo largo de la historia pueden resistir ningún tipo de comparación con Tiziano. No obstante para desgracia de Paris Bordone es muy evidente, ya que por la misma época, Tiziano pintó para la Scuola de la Caridad, rival de la de San Marco, una obra que plasma la Presentación de la Virgen. Y lo cierto es que la estructura de ambas imágenes es muy similar. Sin embargo, se puede ver el gran dominio del color de Tiziano así como su acertado sentido de la perspectiva, mientras que Bordone tiene una paleta menos brillante y más escasa, y la complicada perspectiva entre las arquitecturas al final empequeñece en exceso a los protagonistas de la escena. No obstante, es interesante nombrar a este artista que representa el elegante manierismo veneciano.
A pesar de las críticas, Bordone logró establecer su propio estilo, caracterizado por su habilidad para capturar la elegancia y la gracia de la vida cortesana. Sus obras, aunque no tan reconocidas como las de sus contemporáneos, siguen siendo un testimonio valioso de la rica tradición artística de Venecia durante el Renacimiento.