9.11.01 de Jack Whitten
Sin duda, el siglo XXI comenzó con un acontecimiento que ha marcado como pocos la vida en todo Occidente. Nos referimos a los atentados del 11 de septiembre, con el emblemático ataque al World Trade Center entre otros actos de barbarie. Aquel ataque tan brutal ha tenido muchas repercusiones sociales y en las políticas. Y por supuesto también está presente en la cultura y el arte. Son numerosas las películas inspiradas en aquellos hechos, por no hablar de memoriales y monumentos, además de obras artísticas varias.
Una que merece la pena citar es este cuadro de dimensiones enormes (305 x 609 cm.) del artista afroamericano Jack Whitten.
El título de la obra es inequívoco: 9.11.01, o sea 11 de septiembre de 2001 según el particular modo de datación en Estados Unidos. Y su creador parte de su propia experiencia personal para crear la obra. Jack Whitten (1939 – 2018) pudo ver desde su casa como se construyeron las Torres Gemelas, y muchos años después también pudo ver cómo eran abatidas por los impactos de dos aviones comerciales.
Así que su obra creada en 2006 sobre el enorme lienzo al que le aplicó técnicas mixtas y acrílico, pretende transmitir todas las sensaciones que él tuvo con tal acontecimiento. Pero además quiere plantear una reflexión. Por eso entre los elementos que utilizó en ese cuadro hay sangre, pero también petróleo y dinero. De hecho, la pirámide que se ve con el fondo de la imagen no deja de ser la pirámide que hay estampada en los billetes de un dólar. Y es que está claro que aquel terrible suceso hay que contextualizarlo en la economía y geopolítica mundial para intentar comprenderlo.
Además de su significado simbólico, la obra de Whitten se destaca por su enfoque innovador y experimental en la pintura. El artista es conocido por su uso de materiales no convencionales y técnicas mixtas, que incluyen la incorporación de objetos cotidianos y materiales industriales en sus lienzos. En 9.11.01, Whitten utiliza estos elementos para evocar la devastación física y emocional del ataque.
Pero además de eso Whitten también utilizó el polvo de huesos machacados, sílice, cenizas, restos de escombros, el negro de un material como la mica, cristales… En general, todo aquello que evoca el caos y las destrucción que vino con la caída de las Torres.
La obra de Whitten no solo es un testimonio de la tragedia, sino también una crítica a las fuerzas que la propiciaron. Al incorporar elementos como petróleo y dinero, el artista señala las motivaciones económicas y políticas detrás del ataque. Esta crítica se refuerza con la presencia de la pirámide del billete de un dólar, un símbolo de poder y control económico.
En definitiva, todos conocemos este episodio clave de nuestros tiempos contemporáneos, y está claro que al contemplar la obra de este artista nos transmite el dolor y la tragedia que se vivió en Nueva York y que irradió a muchos otros lugares del mundo. Y eso ocurre solo con verlo en una reproducción digital tan pequeña como la que aquí aportamos. Así que habrá que imaginarse todo su poder expresivo cuando se expuso por primera vez y con todo su gran tamaño en la sala arte neoyorquina de Alexander Gray Asssociates.
La obra de Whitten es un recordatorio de la capacidad del arte para capturar y transmitir la complejidad de la experiencia humana. A través de su lienzo, el artista nos invita a reflexionar sobre la tragedia, pero también sobre las fuerzas más amplias que la moldean. En este sentido, 9.11.01 es más que una pintura: es un llamado a la reflexión y al entendimiento.