Aníbal cruzando los Alpes de Turner
Como en muchas de las obras de Turner el relato que inspira este cuadro, un episodio histórico, no es más que una excusa para pintar un paisaje y la fuerza brutal de la naturaleza. Ya que nos presenta el momento en el que el general cartaginés Aníbal está cruzando los Alpes para invadir Italia. Pero en plena travesía por las montañas, sufre una devastadora tormenta, que es el verdadero motivo que a Turner le atrae para pintar esta imagen. Y como hecho sintomático de este interés, basta comprobar cómo el pintor nos presenta los famosos elefantes que llevaba el ejército de Aníbal. Unos animales enormes y poderosos y que sin embargo aquí nos los representa diminutos y débiles ante las fuerzas meteorológicas.
Y es que tanto estas figuras de animales, como sobre todo las figuras humanas fueron tal vez lo de menos calidad artística en los lienzos de William Turner. Algo que compartió con otro gran paisajista que admiraba, el pintor barroco Claude Lorrain.
No obstante, por el contrario su capacidad para pintar la luz y el movimiento es de lo más valorado. Y no sólo fue capaz de pintar la luz, sino que incluso pintó el propio sol, algo no muy común entre los pintores. Por ejemplo, en esta obra vemos al astro rey luchando entre las nubes para abrirse paso entre las nubes de tormenta. Y su luz hace que podamos intuir las fértiles llanuras italianas hacia las que se encaminan los cartagineses.
Se cuenta que Turner salió a pasear por Yorkshire en compañía de un amigo, también pintor, en 1810. En plena caminata vieron en la lejanía una tormenta sobre las montañas. Y la imagen le cautivó a Turner, quién rápidamente sacó un papel y esbozó ese fenómeno atmosférico, para luego comentarle a su colega: