Ariosto y la Schiavona, Tiziano
Tiziano fue uno de los artistas más polifacéticos de todos los tiempos y en su haber cuenta con una amplísima colección de lienzos creados por él mismo, a cada cual de mayor relevancia. Cultivó diversos géneros pictóricos siendo además un afamado retratista por lo que aquí nos disponemos a analizar dos de sus retratos más destacados estilísticamente, aunque quizás no tan conocidos Los retratos de Ariosto y la Schiavona.
La primera vez que aparen noticias del retrato de Ariosto fue en el silo XVII cuando la obra pertenecía a la colección de Alonso López y posteriormente a la de Anton Van Dyck. La obra debió de ser bastante conocida en el Norte de Europa ya que según parece el mismísimo Rembrandt pudo inspirarse en ella para realizar el Autorretrato con camisa bordada.
La obra representa a un hombre joven y barbado dispuesto de perfil y cuyo rostro se gira de manera insolente para mirar al espectador ligeramente por encima de su hombro. La postura apoyándose en el marco de madera es en realidad, muy desenfadada; poco tiene que ver con las típicas poses para retratos que en su mayoría solían ser más serias y menos dinámicas.
En este sentido debemos destacar la obra de Tiziano muestra algunas influencias del que durante algún tiempo fue su predecesor, Giorgione. Además, en el madero sobre el que aparece apoyado el joven se pueden leer las letras T. V. como acrónimo de Tiziano Vecellio aunque algunos autores plantean que quizás se tratase de las letras V.V. el acrónimo utilizado por Giorgione, esto explicaría las similitudes entre las obras de ambos autores.
Pero si los especialistas creen que la pieza se debe a los pinceles de Tiziano es precisamente por sus similitudes con otro retrato, La Schiavona; un óleo sobre lienzo que, al igual que el cuadro anterior, se exhibe en la actualidad en la National Gallery de Londres. De la misma manera que el retrato anterior nos encontramos con una disposición de tres cuartos aunque esta vez la imagen de la dama aparece enmarcada por una placa de mármol en la que se pueden leer las iniciales del artista y en la que además se ha recreado un trampantojo como si de un relieve se tratase en el que se representa a la joven dama de perfil como era costumbre en los antiguos camafeos.
En realidad, la identificación de los personajes de ambos cuadros es a día de hoy, objeto de debate entre los expertos en arte. Según parece la identificación de Ariosto, poeta italiano, no se corresponde como tal, siendo en realidad un joven de noble familia. De la misma manera, la Schiavona, que por su nombre podríamos pensar que se trata de una mujer dálmata, ha sido representada como lo hacían las damas venecianas de la época.