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Batalla de Lepanto de Antonio de Brugada

Publicado por A. Cerra

Batalla de Lepanto de Antonio de Brugada

Este cuadro tiene por título completo Episodio del combate naval de Lepanto. O sea que alude a la célebre Batalla de Lepanto, un acontecimiento clave en el desarrollo geopolítico durante el siglo XVI. De hecho ya en su época hubo artistas que representaron aquel enfrentamiento entre la Liga Santa y el Imperio Otomano como es el caso de Paolo Veronés y su obra Alegoría de la batalla de Lepanto.

No obstante el recuerdo de este hito histórico perduró mucho en el tiempo en España, país que comandaba el bando de las tropas cristianas. Y una buena muestra es este cuadro realizado por el pintor Antonio de Brugada Vila (1804 – 1863) varias centurias después. En concreto en el año 1856, cuando lo presentó a la Exposición Nacional de Bellas Artes y donde fue adquirido por el Gobierno, de ahí que hoy en día pertenezca a la colección de pintura romántica del Museo del Prado de Madrid, si bien en la actualidad se encuentra cedido al Museo Marítimo de Barcelona.

El lienzo es un buen ejemplo del arte de este pintor que se especializó precisamente en pinturas marinas, tanto representando paisajes dominados por el agua como plasmando batallas y hechos históricos vinculados con el mar. En estos últimos, como podemos ver en su visión de la batalla de Lepanto, es capaz de volcar toda su capacidad para el movimiento y el colorido. Además de que pese al protagonismo del barco se muestra como un excelente compositor de marinas con sus amplios horizontes y una maestría innata para representar el agua, lo cual no es nada fácil. Si bien en Brugada se convirtió en su sello personal. Algo que en gran parte aprendió del pintor francés Theodore Baron Gudin.

Su vínculo con un artista francés no es casual, ya que Antonio de Brugada desde joven estuvo vinculado con el movimiento liberal, lo cual con el retorno del absolutismo al poder le trajo muchos problemas. Primero fue apresado y después tuvo que exiliarse. En concreto en Burdeos, donde conoció al también exiliado Francisco de Goya con el que entabló una firme amistad, además de que también le sirvió de referencia artística.

Brugada permaneció muchos años en Burdeos y se empapó del arte francés de la época. Si bien acabó por regresar a España donde su arte cada vez fue más reconocido y valorado. De hecho llegó a ser pintor de cámara de Isabel II o se convirtió en académico de mérito de la Real Academia de San Fernando de Madrid, donde justamente había recibido sus primeras nociones como pintor.