Charlatanes italianos de Karel Dujardin
Esta obra del pintor holandés Karel Dujardin (1622 – 1678) que hoy en día está en el Museo del Louvre de París tiene diferentes títulos. Uno de ellos es Charlatanes italianos, pero también es conocida como Saltimbanquis o incluso como la Comedia dell»Arte.
El caso es que Dujardin, aunque se formó como paisajista en Holanda, y por supuesto heredó de la escuela pictórica holandesa toda esa larga tradición por ese género, el cual también combinó con los gustos italianizantes. De hecho, viajó en varias ocasiones a Italia, e incluso se instaló allí los últimos años de su vida, falleciendo en la ciudad de Venecia.
Y como otros pintores del norte de Europa de aquella época que se asentaron en Italia del Barroco, pasaron una época en la que retrataron los paisajes de aquel país trasalpino reflejando todo su larga pasado, su época de máximo esplendor, y contrastándola con un presente mucho menos pujante. De alguna forma es lo que nos presenta en esta obra en la que vemos al fondo unas imponentes ruinas de la Antigua Roma, pero en un primer plano se ve un escenario en el que unos tristes actores ambulantes de la comedia italiana intentan entretener a un público bastante escaso y de apariencia pobre. Es como si quisiera enfrentar en una misma imagen la grandeza que hubo siglos atrás y la realidad contemporánea de su tiempo.
Por otra parte, ese interés por los temas más cotidianos, y que hasta pueden tener un cierto punto grotesco e incluso de caricatura, también es muy habitual entre los pintores de origen holandés y flamenco. No hay más que recordar a Peter Brueghel el Viejo y sus famosas escenas de campesinos o el cuadro de Los mendigos, que también está actualmente en el Louvre parisino.
No obstante, el gran dominio pictórico de Dujardin reside en su capacidad innata para el paisaje. Sin duda, de un gran atractivo aquí, con su larga perspectiva y con el dominio de una luz dorada que baña la escena. De hecho, hay una gran diferencia en su modo de pintar esas vistas del paisaje romano, de su campiña e incluso de la amplia superficie de cielo que representa, de la técnica que usa para representar el grupo de personajes del primer plano. Un grupo donde se acumula la gente, y también las sombras con las que va perfilando a las figuras, y donde se distingue un tipo de pincelada más pastosa y cargada que en el resto del cuadro.