Contraposición de disonancias XVI de Van Doesburg
Theo Van Doesburg (1883 – 1931) fue pintor, tipógrafo, diseñador y arquitecto, además de ser el auténtico ideólogo del movimiento vanguardista De Stijl, ya que era el editor de la revista que promovió esta corriente artística en la que acabaría despuntando su compatriota Piet Mondrian.
Lo cierto es que ambas personalidades se influyeron mucho mutuamente, creando pinturas abstractas a partir de una paleta cromática muy limitada y donde la retícula de líneas negras era un elemento clave. Esta retícula en los inicios fue a base de verticales y horizontales, pero a partir de 1924 comenzó a usar las diagonales, alegando que esas direcciones conseguían aportar tensión dinámica a la obra. Y eso se ve en este lienzo de 1925 que actualmente se conserva en el Gemeentermuseum de La Haya, en los Países Bajos.
Este matiz, tan aparentemente sencillo de pasar de un orden con verticales y horizontales, a otro en formato diagonal fue muy importante para el pintor, e incluso consideró que era una etapa tan importante que hasta le dio nombre “elementarismo”. No obstante tuvo una consecuencia muy importante, ya que supuso un distanciamiento entre él y Mondrian, quién juzgó este cambio como una verdadera traición al Neoplasticismo. Tal fue el enfado que abandonó el movimiento De Stijl.
Y es que para el puritanismo inicial de esta corriente, la aplicación de la diagonal suponía importantes innovaciones. Por ejemplo, hay cuadrados y rectángulos que ya no aparecen completos, y están cortados por los propios límites del lienzo. Eso provoca de forma deliberada una falta de cohesión visual, sugiere tensión e invita al espectador a que complete esas formas, lo cual no deja de ser una ampliación de la obra de arte.
A eso también ayuda la gran relevancia la potencia visual que tienen las líneas negras que enmarcan cada forma rectangular. Una constante en la obra de Van Doesburg desde que siendo joven trabajó realizando un vitral. De hecho trasladó al lienzo esos mismos esquemas de emplomaduras oscuras y tramos de color que hay en las vidrieras. Una especie construcción a partir de las teorías del color que también lo emparentan con sus trabajos de arquitecto.
Pero todavía hay otra disciplina creativa clave para comprender este tipo de obras neoplasticistas. Nos referimos a la música. Van Doesburg se basaba tanto en composiciones de música clásica contemporánea y también en ritmo de jazz para buscar los contrastes de color y crear equivalentes visuales de las notas musicales y las disonancias que escuchaba. No hay hada de simbolismo en la elección de colores, sino la búsqueda de una teoría y de un ritmo.