Danae de Mabuse
Otro de los grandes pintores de los Países Bajos que viajaron hasta Italia para conocer en primera persona lo que estaba suponiendo el arte renacentista fue Jan Gossaert, que ha pasado a la posteridad con el nombre de Mabuse. Un maestro flamenco que se desplazó hasta Roma en el año 1508, y lo que allí vio iba a cambiar para siempre su forma de pintar, y también de muchos de otros artistas coetáneos y compatriotas.
Un buen ejemplo es este cuadro que realizó en el año 1527 y que en la actualidad forma parte de la colección de la Alte Pinacoteca de Munich, en Alemania.
Es una obra en la que nos presenta a Danae, una protagonista originada en la mitología grecolatina, mientras que su pintura más habitual siempre tuvo un carácter religioso con obras como La Adoración de los Magos.
Sin duda el motivo de pintar un personaje mitológico como Danae, ya lo emparenta con la pintura renacentista italiana. Pero además llama inmediatamente la atención el fondo arquitectónico donde la ubica, el cual tiene una clara inspiración en los edificios de estilo clásico. Algo que llamó la atención mucho en su época, ya que por regla general la pintura flamenca de los siglos XV y XVI siempre se ambienta en escenarios dominados por la arquitectura gótica imperante en aquellas tierra del norte de Europa.
No obstante hay otros muchos elementos que vinculan este cuadro de Mabuse con la estética del Renacimiento. Sin duda de lo que vio en Italia el artista ha aprendido la teoría de la perspectiva, así como el sentido de la luz e incluso los aires de monumentalidad que es capaz de darle a esta mujer.
Si bien hay que decir que este artista también supo beber de otras fuentes de inspiración, algunas más locales como los cuadros del holandés Lucas de Leiden. Y otras de gran influencia en la zona septentrional de Europa, como fueron los grabados del alemán Albert Durero.
Sin embargo, queda patente que le había apasionado el arte italiano, y ciertamente la composición de esta obra así lo manifiesta. Vemos que todo lo ubica en el espacio de una exedra arquitectónica, cuya forma bien marca por columnas que sobre los plintos clásicos se abren con ventanales al exterior urbano. Toda esa ambientación es de lo más renacentista. Es como que la forma de pintar de los grandes artistas italianos le hubiera cautivado. Pero pese a ello no deja de ser un gran pintor flamenco, y eso queda rotundamente claro con la figura de Danae.
Es cierto que es un personaje mitológico, pero su apariencia tiene mucho más que ver con las vírgenes flamencas, como la propia Virgen y el Niño de Mabuse, que con las representaciones italianas de Danae, que suele aparecer tumbada y que tenemos el más esplendoroso ejemplo en la que pintó el veneciano Tiziano.