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Desnudo, efecto de sol de Renoir

Publicado por A. Cerra

Desnudo, efecto de sol de Renoir

En esta tela de 1876 que salvaguarda el Museo de Orsay de París, Renoir vuelve a plantearnos un juego entre la sombra y las manchas de sol sobre las figuras humanas. En este caso lo hace en una mujer desnuda, pero eso también lo usa en otras obras grupales como en El baile del Moulin de la Galette o en El columpio.

Es decir que era el típico juego de plasmar el instante lumínico y de colores de cada momento. Por cierto, en este caso se le echó en cara a Renoir que sobre el cuerpo de la chica, muchas de esas manchas en sombra tenían un tono morado. Algo que de forma muy irónica y hasta cruel se relacionó con que la modelo pudiera tener viruela o sífilis. Si bien, la muchacha no tendría ninguna de esas enfermedades y de hecho fue durante un tiempo una de los modelos favoritos del pintor, ya que la usó en otros desnudos e incluso en el citado óleo de El Columpio.

Renoir, como pintor impresionista, tenía un enfoque particular en la captura de la luz y el color en sus obras. Su técnica de pincelada suelta y vibrante, junto con su uso de colores vivos y brillantes, le permitió capturar la esencia de la luz y el color en sus pinturas. En «Desnudo, efecto de sol», Renoir utiliza esta técnica para capturar la luz del sol que cae sobre el cuerpo de la mujer, creando un efecto luminoso y vibrante.

Pero aunque Renoir sea uno de los más grandes pintores del Impresionismo, lo cierto es que su pintura posee una personalidad especial, ya que suele usar figuras con una solidez y volumen que no aparecen en el caso de otros compañeros de generación y de estilo artístico.

En concreto, Renoir siempre pintó mujeres desnudas, pero a partir del año 1876 es cuando busca darles todavía más solidez a esos cuerpos. De alguna manera para ello se inspira en la obra de un autor neoclásico como Dominique Ingres, quien había pintado a comienzos de siglo escenas como el Baño turco.

Y si Ingres, le influyó, otro autor del pasado que le interesó a la hora de pintar los cuerpos femeninos fue el pintor barroco Rubens, creador de sus famosas Tres Gracias y otras muchas mujeres siempre de curvas contundentes y sensuales.

Pero está claro que estamos ante una obra de otro tiempo, y por eso los desnudos de Renoir tienen esas influencias pero son diferentes. Algo que se nota especialmente en unos fondos muy libres y fantásticos, que hacen que todavía nos parezcan más concretas las formas femeninas.

Un dato curioso es saber como hacían este tipo de cuadros de desnudo, unos pintores que sobre todo les encantaba pintar al aire libre. Pues bien, se sabe que en este caso concreto, la escena la preparó Renoir en el jardín de su casa. Sin embargo, el completo desdibujado de las flores y plantas del jardín, lo hacen totalmente inidentificable.

Además de su enfoque en la luz y el color, Renoir también era conocido por su habilidad para capturar la belleza y la sensualidad del cuerpo femenino. Sus desnudos, como «Desnudo, efecto de sol», son famosos por su representación detallada y realista del cuerpo femenino, así como por su habilidad para capturar la gracia y la belleza de la figura femenina. A pesar de las críticas que recibió por su uso de tonos morados en las sombras del cuerpo de la mujer, Renoir continuó utilizando esta técnica en sus obras posteriores, creando un estilo distintivo que es reconocido y admirado hasta el día de hoy.