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El castigo de Prometeo, Rubens

Publicado por Laura Prieto Fernández

La mitología es una de las mayores fuentes de inspiración para los artistas de todos los tiempos y no sólo por la fascinación que a lo largo del tiempo han tenido las historias de los dioses ara los hombres sino porque muchas veces éstas se han tomado como verdaderas metáforas. En este sentido el mito o la historia de Prometeo ha sido una de las aventuras mitológicas que más han inspirado a los artistas de todos los tiempos.

En esta ocasión no encontramos con una de las versiones más dramáticas, El castigo de Prometeo, realizada por el artista Rubens en el siglo XVII. Pedro Pablo Rubens (1577 – 1640) es la figura artística más destacada del Barroco en la escuela flamenca. Nacido en la ciudad de Siegen, en la actual Alemania, el artista se mudó con su familia a Amberes donde comenzó su formación artísticas con al menos tres pintores locales distintos. Pero sin lugar a dudas, el hecho que más influyó en su formación será el viaje que el artista realizó a Italia en 1600. La fama que allí cosechó fue tal que llegó a recibir encargo de los principales comitentes de toda Europa.

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La obra que aquí nos ocupa se trata de un gran lienzo que el artista debió de realizar en la primera década del siglo XVII, en torno al año 1612. Se trata de un lienzo de formato horizontal y gran tamaño (más de dos metros y medio de anchura por dos de altura). En él el artista flamenco nos presenta el castigo de Prometeo; un titán que influyó de manera decisiva en la vida de los hombres. Fue encargado de modelar a los hombres ero éste los quiso hacer tan perfecto que cuando acabó su trabajo ya no quedaban atributos que pudiese otorgarles, viéndoles tan desprotegidos Prometeo quiso ayudarles para lo que le robó el fuego a Zeus y se lo dio a los humanos. Éste fue decisivo en la historia de la humanidad sin embargo el titán hubo de pagar un cruel castigo por desobedecer al padre de los dioses y Zeus lo castigó a que un águila se comiese su hígado una y otra vez, ya que el titán era inmortal y no podía morir.

Este castigo es justamente el momento elegido por Rubens para representar su obra, en él se puede observar el dramatismo propio de la estética barroca. Marcando una potente diagonal que domina toda la composición el cuerpo de Prometeo desnudo aparece tumbado sobre el suelo y ciñéndose sobre él un potente águila –el atributo de Zeus- que mordisquea sin piedad alguna la herida sobre si hígado.

En la cara del titán y en su musculatura se aprecia el dolor que está sufriendo, el gesto es de horror y su cuerpo se tensa marcando aún más si es posible su anatomía. Es precisamente en este aspecto donde podemos encontrar ciertas reminiscencias renacentistas, o más bien manieristas propias de la estética de Miguel Ángel que nos hablan de la profunda influencia que la etapa italiana tuvo en la pintura de Rubens.