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El juramento de los Horacios de David

Publicado por A. Cerra

El Juramento de los Horacios

Se trata de un gran lienzo pintado al óleo pintado en 1784 y expuesto en el museo del Louvre de París.

El artista francés Jacques-Louis David pintó esta obra estando en Roma, ciudad hasta la que se desplazó tras ganar un diploma de la Academia de París en el año 1775. Llegó a la capital italiana para mejorar su técnica pictórica y llegó dispuesto a no dejarse convencer por el arte clásico. El resultado fue que lo primero lo consiguió, ya que si que mejoró mucho la calidad de sus pinturas. Pero lo segundo no, porque tras observar y estudiar mucho arte clásico quedó realmente prendado por él.

Esta pintura nos presenta un tema literario originado en la Roma latina, algo muy habitual entre los artistas de aquel momento. Tres hermanos, los Horacios, juran no separarse jamás ante su padre, aunque después sí que se separarían y acabarían asesinados. El juramento lo hacen presentando sus espadas. Este detalle es muy importante, ya que es una muestra de la enorme importancia que los pintores neoclásicos le otorgan a la arqueología y su estudio. Algo similar se puede aplicar al observar las vestimentas que lucen los protagonistas de la tela. De hecho, en aquella época los críticos de arte valoraban muchísimo que los pintores reflejaran con criterios históricos todos esos detalles, y si algún pintor no presentaba una prenda, un arma o un casco tal y como eran los vestigios arqueológicos, hacían una crítica demoledora de la obra.

Por eso en aquellos tiempos la pintura era excesivamente documental, artificiosa y fría, y el gran mérito de David es que sus obras son capaces de compaginar el rigor formal con cierta vida que imprime a la escena.

Lo que sí es típico del Neoclasicismo es la composición lineal de la escena basada en las líneas que marcan el embaldosado y los arcos del fondo. Una composición muy clara, con los tres hermanos ordenados hacia el fondo y cuyas figuras únicamente convergen en el punto de unión de las espadas, ya que todos los elementos del cuadro están compuestos a partir de planos paralelos.

Otra característica muy habitual en los cuadros de David es el empleo de poco color, dándole más importancia al dibujo que a las manchas cromáticas, una característica que diferencia claramente el Neoclasicismo del siguiente movimiento pictórico de la época, el Romanticismo.

También son típicas del arte neoclásico las expresiones altaneras de los personajes, que siempre pretenden transmitir algún mensaje moralizante. En este caso, los hermanos que juran no separarse mientras se van a luchar por la patria. Lo cual, trasladado al momento en que se pintó, fue interpretado como una representación de como los ciudadanos debían ser totalmente leales a su rey. Sin embargo, las interpretaciones posteriores que se han hecho del cuadro han sido adaptadas a cada momento histórico. Por ejemplo se ha dicho que es una representación de la lealtad del pueblo francés hacia la República, ya que el relato romano que cuenta la obra se ambientaba en tiempos de la República romana, previa al Imperio. Es decir, viendo las diferentes interpretaciones que ha recibido esta obra a lo largo de los años, se puede comprobar que el arte siempre se ha manipulado para transmitir diferentes mensajes.