El mar de L’Estaque de Cezanne
Paul Cezanne pasó muchas horas en L»Estaque, un lugar de la costa mediterránea francesa y allí comenzó a realizar sus imágenes concebidas a partir de construcciones geométricas, como se puede ver en este cuadro. Un tratamiento de la geometría que serviría de inspiración décadas después a los pintores cubistas como Pablo Picasso o Georges Braque, que curiosamente también viajaron al sur de Francia y cerca de la costa para crear sus obras de inicios del Cubismo.
Se puede apreciar que el principal interés de Cezanne a la hora de construir todo el cuadro es realizarlo a partir de esas formas geométricas, restando muchísima presencia al color, que en este caso se basa en el uso de tonos verdes azulados, pardos y otros verdes muy poco intensos. Sin embargo, que el color no sea el protagonista, no significa que no sea tremendamente importante en su teoría artística.
También se puede apreciar como hay una clara distinción entre las zonas de pinturas lisas y otras mucho más grumosas.
Igualmente aparece su trazo en zigzag. De hecho, en esta pintura es uno de los primeros ejemplos en el que se descubre el gesto de su pincelada. Y es que a diferencia de otros pintores impresionistas y postimpresionistas, como Pissarro que dejaba puntos o Van Gogh que dejaba pasta, en el caso de Cezanne lo que deja es el gesto.
Como en otras obras suyas, sean paisajes como La Montaña de Sainte Victoire, o en sus famosos bodegones como la Naturaleza muerta con escayola, él siempre busca lo permanente, y lo hace a través de la verdad más desnuda, sin pararse en los detalles ni en los encantos exteriores ni accidentales. Cada punto de un paisaje no es como para Monet un lugar de cambios constantes de luz, sino un fragmento de un plano muy sólido y denso, el cual satura de color.
Y logra articular todos esos planos, precisamente modulándolos con esos colores, que es lo que determina su forma, y al mismo tiempo le sirve para organizar los volúmenes en el espacio. Por eso en realidad él, más que pintar, construye sus imágenes y lo hace a partir de formas inspiradas en la geometría.
Cada elemento, cada punto del cuadro es fruto de una larga y profunda reflexión, cada tono de color está dirigido hacia el resto de colores de la imagen para formar un todo, un conjunto. No deja nada al azar y todo está íntimamente ligado. Esta filosofía de pintura la dejó muy claramente explicada con una cita: