El Golfo de Marsella de Cezanne
Este lienzo pintado al óleo por Paul Cezanne en el año 1885 hoy en día se expone en el Metropolitan Museum de Nueva York.
Es otro de los grandes paisajes de este artista postimpresionista, que pintó diversos lugares, pero dos expecialmente. Por un lado la Montaña de Sainte-Victoire, y por otra la zona de l’Estaque, un lugar que es el que elige en esta obra para retratar el Golfo de Marsella, pero también usó en otros encuadres como El mar de l’Estaque.
La experiencia paisajística de Cezanne parte del Impresionismo, tomando de ellos la libertad de visión y la transparencia atmosférica, pero a partir de ahí, él dota a sus vistas de una estructura mucho más compacta. Prefiere composiciones unitarias y robustas, para transformar la imagen en una especie de arquitectura, cuyos elementos básicos son el encuadre y el color.
En este caso, ha preferido una perspectiva que parece abrirse, y que a la vez se corta por la masa de las colinas y que ancla bien al suelo de alguna forma con ese primer plano de volúmenes simples y muy claros de las casas, viendo tejados, chimeneas y también árboles.
Nos plantea un juego con las temperaturas de color, usando los tonos fríos para el agua y el cielo, mientras que los cálidos los reserva para rocas y casas. Si bien unos y otros los unifica y relaciona mediante los velos atmosféricos que tanto le gustan a Cezanne.
En cualquiera de las temáticas que abordó el pintor, fueran retratos o bodegones, era muy importante el papel de la geometría y también en sus paisajes. Consideraba que las líneas paralelas al horizonte eran las que debían dar extensión a un paisaje, y en cambio la profundidad se lograba con las perpendiculares a ese horizonte. Pero eso es la base, luego entran en juego otros factores, especialmente sus vibraciones de luz, en las que usa sobre todo los rojos y los amarillos, siempre combinados con tonos azulados que nos hacen sentir el aire.
Por otra parte, esa actitud ante la profundidad y la extensión también vino provocada porque cambió su residencia al sur de Francia, donde los paisajes son más amplios. Esto también le ayudará a simplificar sus formas, cada vez más esquemáticas, más geométricas y más estructurales. Incluso crea estructuras nuevas donde es importante su alternancia entre luces y sombras. Al fin y al cabo Cezanne iba a ser el punto de partida para la posterior pintura cubista, algo que casualmente también iba a ocurrir en los territorios del sur de Francia, y si no ver la obra de Georges Braque: Paisaje de L»Estaque.