En la playa, Manet
A lo largo del siglo XIX la concepción pictórica europea dio un giro considerable debido a la influencia de un grupo de artistas franceses que comenzaron un nuevo movimiento artístico, el impresionismo. Monet, Renoir o Degas son algunos de estos artistas que impulsaron con sus obras una nueva manera de concebir el arte basando sus lienzos principalmente la captura de la luz y dejando el tema en un segundo plano. Todos estos artistas tomaron como precedente las obras de un pintor que, si bien no puede ser considerado como plenamente impresionista, lo cierto es que causó una profunda influencia en el grupo, Eduard Manet.
Eduard Manet (1832 – 1883) es uno de los artistas más destacados de la pintura francesa. Nacido en una familia acomodada que le podría haber brindado una esmerada educación, sus padres nunca estuvieron de acuerdo con la vocación artística de su hijo debido a lo cual, no comenzó a formarse en el campo de la pintura hasta la década de los cincuenta, cuando el artista ya contaba con unos veinte años. Fue entonces cuando Manet entró en el taller de Thomas Couture y poco tiempo después presentaba sus primeros lienzos gozando éstos de gran aceptación tanto por parte del gran público como de los críticos. En la Exposición de 1863 el artista presentó su Almuerzo sobre la hierba, el lienzo que abriría paso a la tendencia impresionista, pero si bien el cuadro causó sensación entre los nuevos pintores, los sectores más conservadores lo criticaron duramente.
La obra que aquí nos ocupa se conoce como En la playa y dataría de 1873, en esta época el artista ya tiene su estilo personal plenamente consolidado, ha dejado atrás la concepción más academicista de su pintura y muestra una pincelada libre y muy suelta. Parece ser que el lienzo fue creado en el verano del setenta y tres cuando Manet y su familia pasaban las vacaciones en una pequeña playa en la localidad de Berck sur Mec. El artista ha representado en un lienzo de formato horizontal y pequeñas dimensiones – la obra ni siquiera llega al metro de anchura y tiene poco más de setenta centímetros de altura- a su esposa y su hermano. Su mujer Suzanne aparece en primer plano situada a la derecha de la composición, está sentada en la playa dando casi completamente la espalda al espectador mientras se encuentra absorta en la lectura. Su vestido ocupa casi todo el primer plano en una composición triangular donde el artista ha jugado con las luces y sombras, así como con las pinceladas del blanco. Por su parte Eugene, el hermano del pintor, presenta la misma postura con la que aparecía en el lienzo del Desayuno Campestre; se encuentra pensativo mirando el horizonte donde pequeños veleros navegan en el mar. Los personajes permanecen absortos sin entablar ningún tipo de conversación entre ellos o con el espectador, de esta manera el artista ha logrado recrear no sólo una escena de paz sino también de melancolía.
A modo de curiosidad, podemos señalar como ésta es una de las pocas obras que el artista pintó al aire libre, de hecho en el lienzo aún se pueden observar los pequeños granos de arena pegados a la pintura.