Desnudo en la playa, Fortuny
El desnudo en la playa de Portici es un pequeño óleo sobre tabla de madera pintado por el artista español Mariano Fortuny. Esta pequeña obra que tan sólo es un poco más grande que una postal o tarjeta plasma las singulares cualidades artísticas de una de las figuras más representativas del XIX español.
Tras la muerte de Franco de Goya, ningún artista como Fortuny había revolucionado tanto la pintura española. Mariano José María Bernardo Fortuny y Marsal nació en la localidad de Reus en 1838, siendo muy joven el artista perdió a sus padres por lo que a la tierna edad de seis años pasó al cuidado de su abuelo. Éste pronto comprendió la valía de su nieto y propició su arte enviándolo al taller de algunos pintores conocidos en su época así como a la Escuela de Bellas Artes de la Lonja. Fortuny viajó a Roma como becado y allí pudo conocer no sólo las obras de los artistas más destacados de la historia sino también, la de otros pintores españoles de su misma época que le influenciaron fuertemente. A su vuelta a España Fortuny fue enviado a Marruecos como cronista de la Primera Guerra de Marruecos, allí descubrió un mundo fascinante que plasmó en algunas de sus obras más conocidas. Pese a que su carrera se vio truncada por su repentina muerte, Fortuny fue un artista muy valorado realizando alguno de los encargos más destacados de su época.
Del artista siempre se ha dicho que, si hubiese tenido una vida tan larga como la de Goya o Velázquez Fortuny se habría convertido en uno de los genios más destacados de la pintura española de todos los tiempos. La obra que aquí nos ocupa es un pequeño cuadro que el artista realiza durante sus vacaciones con la familia en playa de Portici; por entonces el artista se debate entre una pintura cómoda que gusta al gran público y que le proporciona una vida estable o representar en sus lienzos las nuevas ideas que llegan desde Francia y que tanto parecen agradar al pintor, este desnudo en la playa sería una de estas segundas obras.
Tirado en el agua boca abajo y disfrutando como solo los niños saben hacerlo del sol y del mar, Fortuny representa un niño que se baña en el mar. Por su postura ni siquiera podríamos saber si se trata de un niño o una niña no obstante otros lienzos realizados por el pintor en la misma época nos hacen ver que se trata de su hijo menor. Su postura desenfadada, apoyando la cabeza sobre los brazos, con una pierna sobre la otra… nos remite a algunas de las estatuas clasicistas que el artista pudo conocer durante su estancia en Italia.
Especial mención merecen los reflejos que el artista ha representado en el mar, la incidencia de la luz en el agua muestra claramente la influencia de los artistas impresionistas como Monet u otros españoles más cercanos a Fortuny como Sorolla.