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La lucha entre don carnal y doña cuaresma, Brueghel el Viejo

Publicado por Laura Prieto Fernández

La batalla entre don carnal y doña cuaresma es una obra realizada en óleo sobre tabla por el pintor flamenco Pieter Brueghel el Viejo. La obra data de los últimos años de la década de los cincuenta, en torno a 1559, y actualmente se conserva en el Museo Kunsthistorisches en Viena.

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No son muchos los datos que se conocen sobre el artista y en general los historiadores se han basado más en formulaciones hipotéticas que en hecho contrastados, pero aun así parece que el artista pudo formarse de la mano de Pieter Coecke van Aelst. Durante los primeros años de la década de los cincuenta viajaría por Europa y en éstos viajes asimilaría la estética renacentista italiana que supo combinar con las tendencias artísticas del norte.

La obra que aquí nos ocupa podemos englobarla dentro de una serie de pinturas en las que el artista representa la vida cotidiana de los campesinos; en estas series es común contraponer dos escenas y que los lienzos se organicen a base de grandes diagonales que disponen la composición y organización de las figuras.

Así la tabla de Brueghel aparece claramente diferenciada en dos zonas: a la izquierda se representan actos típicos del carnaval, en ellos hay una exaltación de los vicios y los placeres carnales mientras que, en la zona de la derecha aparece la representación de la cuaresma donde destacan los actos religiosos y la abstinencia.

A pesar de que se podría pensar que la tabla es la simple representación de un tema popular, en realidad el artista va mucho más allá realizando una crítica velada a la falsedad religiosa y la doble moral de la sociedad. En este sentido la obra de Brueghel se puede poner en relación con los principios reformistas que paulatinamente se iban desarrollando en el norte de Europa y que criticaban los vicios, la relajación y la falsedad de la doctrina cristiana.

Pese a la algarabía de la pintura y la multitud de personajes representados en primer plano aparecen los personajes principales que, absorbidos quizás por la gran cantidad de personajes, pueden pasar inadvertidos para el espectador. Montado en un tonel de vino a modo de caballo y con ollas como estribos, encontramos la figura rechoncha de don carnal; aparece representado en una actitud muy expresiva y portando una tarta sobre su cabeza y una gran brocheta de carne con la que apunta a la cuaresma.

Ella por su parte, es una mujer larguirucha y flaca con cara decrépita que va sentada en una silla tirada en un carro por algunos fieles y que apunta a don carnal con una pala. A su alrededor vemos alimentos típicos de la cuaresma como el pan o los mejillones.

El resto de los personajes aparecen diseminados por el cuadro y en ellos se puede observar un profundo estudio iconográfico típico de la pintura de los Países Bajos. Destacar especialmente otros dos grupos que de nuevo representan estas dos festividades, el del carnaval agrupado en torno a una taberna y el de la cuaresma que lo hacen en una iglesia.