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La pesadilla, Fuseli

Publicado por Laura Prieto Fernández

La pesadilla o el incubo es una de las obras más conocidas del artista Henri Fuseli (1741 – 1825). De origen suizo el artista trabajó diferentes estilos –neoclasicismo, romanticismo…- por lo que resulta complicado poder clasificarlo dentro de una corriente estética concreta.

Desde los inicios de su carrera Fuseli, cuyo verdadero nombre era Johann Heinrich Füssli, concibió su propio arte ligado indisolublemente a la tradición literaria; algo que le influiría notablemente en toda su carrera. Procedente de una familia de artista el joven artista comenzó su formación copiando algunas obras de los cuadernos de dibujo que tenía su padre, ya en estos primeros trabajos de formación se puede apreciar la inclinación del artista por lo satánico, lo erótico, lo macabro…

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A lo largo de vida realizó múltiples viajes pero sin duda uno de los que más le influirá fue su estancia en Inglaterra entre 1764 – 1770 donde su obra pictórica se relacionó aún más con la literatura, y muy especialmente con Shakespeare. Tras unos años en Roma donde se consolidó su verdadera estética de corte manierista volvió a Inglaterra, país que desde entonces será su patria adoptiva y donde pasará el resto de su vida cosechando grandes éxitos entre los círculos aristocráticos de la época.

La obra de La Pesadilla fue pintada en 1781 en óleo sobre lienzo, ésta es quizás la más famosa de las representaciones que el artista suizo realizó bajo esta misma temática. Parece probable que el artista se hubiese inspirado en la representación del El Sueño de Hécuba que Giulio Romano pintó en el Palacio Ducal de Mantua, algunos historiadores relacionan incluso la obra de Fuseli con El sueño de Rafael realizado por el conocido grabador Marcantonio Raimondi.

En un interior bastante lúgubre se observa la presencia de dos figuras que dominan la composición: por un lado aparece una joven sumida en un profundo sueño cuyo lánguido cuerpo se resbala de la cama, sobre ella la extraña presencia de un demonio que mira directamente al espectador.

Parece ser que la joven representada podría tratarse de Anna Landoldt, sobrina de un escritor y filósofo amigo de Fuseli, de hecho en la parte de atrás del lienzo se puede observar como el artista tituló la obra como Retrato de una joven. Su cuerpo de corte marmóreo aparece sin vida, su rostro es inexpresivo. Está ataviada con un fino camisón de corte clásico que resalta las curvas de su anatomía, confiriendo al lienzo un toque de erotismo. Sobre ella aparece el Incubo, un demonio que se ha relacionado con los sueños eróticos, pese a su terrible aspecto, no parece demasiado amenazador. Para completar la lúgubre escena, aparece entre unos grandes cortinajes la cabeza de un caballo fantasmagórico.

En la obra de Fuseli se aprecia el tenebrismo y erotismo tan típico del autor que trabaja con ligereza clasicista, una combinación extraña que pocas veces se ha visto y que relaciona los lienzos del artista suizo con lo sublime. Pese a que durante unos años la obra de Fuseli cayó en el olvido, los surrealistas se encargarán de reavivarla considerándolo como uno de sus grandes preceptores.