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La rotonda de los baños Palmieri de Fattori

Publicado por A. Cerra

La rotonda de los baños Palmieri de Fattori

En otra ocasión ya os hablamos del movimiento artístico de los macchiaioli que se dio en Italia a finales del siglo XIX. Y precisamente lo hicimos a partir de la obra El muro blanco de Giovanni Fattori. Pues bien volvemos a elegir un cuadro de este pintor de la Toscana, ya que posiblemente sea el mejor representante de ese estilo, y especialmente por obras como esta de La rotonda de los baños Palmieri.

Es un cuadro del año 1866 y el artista lo pintó en la localidad costera de Livorno. Es un cuadro de pequeñas dimensiones (12 x 35 cm) y el original se guarda en la Galería Nacional de Arte Moderno de Florencia.

Sin embargo, pese a su escaso tamaño condensa todos los elementos que caracterizan el arte de este pintor a medio camino del realismo y el impresionismo. Observamos a siete mujeres que como nos indica el título están sentadas en la rotonda de los baños de Palmieri, ubicados en el paseo marítimo de esa población vacacional toscana. Unas mujeres que han buscado allí la sombra de un toldo.

Algo de lo más insustancial y cotidiano, y es que los temas de los pintores macchiaioli suelen ir en esta línea de temas intrascendentes, de escenas que representan el día a día de cualquiera. Pero a partir de ahí viene el trabajo del artista.

En este caso se detiene para mostrarnos cada una de esas mujeres en una actitud distintas. Eso sí, son anónimas. No se ha parado a pintar rostros para identificarlas. Y todo basándose en el color. Usa colores lo más puros posibles, que va aplicando en manchas que contrastan y se yuxtaponen. No hay que buscar dibujos, ni contornos de las diferentes figuras o formas del paisaje.

Si nos fijamos la escena se puede dividir en bandas. Abajo la arena. Arriba el toldo. En medio, el mar, la montaña al fondo y el cielo. Y sobre todo ello el grupo de mujeres. En cada banda y en cada asunto empleando un abanico reducido para colores. Si lo vemos de lejos son manchas, sobre todo las mujeres que forman un grupo oscuro a contraluz. Es cierto, que cuando nos acercamos hay algo más de detalle e individualidad. Pero el encanto del conjunto reside en esa armonía de colores y en el cuidado estudio de composición y también de perspectiva que hay en la disposición de esas manchas (macchia en italiano) de color. Sin duda, una obra de enorme modernidad en su tiempo. No olvidemos que es una obra de 1866.