Las tres bañistas de Cézanne
Lo primero que hay que decir sobre esta obra, es que Paul Cézanne, principalmente por motivos de su timidez, ni para esta tela ni para el resto de obras en las que retrató la temática de las bañistas, utilizó el posado de modelos desnudos de carne y hueso. En realidad, se basaba en fotografías de la época y en la pintura clásica para crear esas mujeres. Lo cual no ha sido impedimento para que sus cuadros de bañistas hayan sido fascinantes para otros pintores posteriores, como por ejemplo Picasso. Y sobre todo Matisse, quién llegó a poseer esta obra durante 30 años y de ella dijo que le provocaba “un remanso de lujo, calma y voluptosidad”. Curiosamente con esas mismas palabras tituló Matisse una de sus obras más emblemáticas. Y además fue él, quien acabó cediendo este cuadro al Petit Palais de París, donde se expone en la actualidad.
Se trata de un lienzo pintado al óleo entre los años 1879 y 1882. En él, Cézanne nos muestra una espontánea escena de baño en la que se ven únicamente tres mujeres. Porque en ocasiones pintó grupos de más números de personas, indistintamente hombres o mujeres, pero con el paso del tiempo tendió a pintar solo mujeres que cada vez eran más importantes que el paisaje, llegando incluso a práctica y paradójicamente desaparecer el agua de sus cuadros de bañistas.
En este caso, nos presenta a la tres muchachas completamente rodeadas por la naturaleza. Y la escena se basa en una composición de lo más clásica, basada en la pirámide que forman los cuerpos de las mujeres, que a su vez se ve reforzada por la inclinación de los dos árboles del fondo.
La obra ejemplifica a la perfección el peculiar estilo de Cézanne dentro de la época del Postimpresionismo. Se trata de usar áreas de color planas, en las que se distinguen las pincelas cortas y de trazado geométrico que le sirven para configurar toda la imagen. Va yuxtaponiendo esas pinceladas, y precisamente eso es lo que le concede a la imagen una especie de vibración que da la sensación de movimiento. Y además aplica un color principalmente a cada uno de los elementos y figuras del cuadro, pero no duda en mezclarlos cuando lo cree conveniente. Esto se puede ver en los cuerpos de las mujeres donde de pronto se ven pinceladas con los colores del agua del río, del cielo de la parte superior o de la vegetación que las rodea.
Este tipo de detalles configuran su estilo personalísimo, lo que valió ser un artista muy incomprendido en su época, y que sin embargo con el paso del tiempo y la llegada de nuevas ideas pictóricas fue tremendamente valorado y muy influyente en las corrientes de las primeras vanguardias del siglo XX, especialmente por parte de los artistas cubistas y los fauvistas. De hecho, está considerado como el padre del arte moderno.