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La visión de san Eustaquio de Pisanello

Publicado por A. Cerra

La visión de San Eustaquio de Pisanello

Aunque los comienzos artísticos de Pisanello ( h. 1395 – h. 1455) están ligados al pintor Gentile de Fabriano, su carrera se separó de él y comenzó a trabajar para la aristocracia y los gobernantes que había por toda Italia, dividida en el siglo XV en un sinfín de ducados, principados, repúblicas, etc.

Todos esos personajes tenían aficiones comunes, y entre ellas estaban la caza y la colección de animales exóticos. Por eso, Pisanello hizo infinidad de dibujos y bocetos de animales, tanto mamíferos como aves, así como dibujaba plantas, o trajes e incluso obras de arte, con lo que tenía un material base para luego traspasar a sus cuadros definitivos. Si bien, no solo lo usaba como un corpus impersonal. También trataba de investigar y aplicar la imaginación a estas representaciones, buscando posturas o comportamientos verosímiles, para lograr imágenes más personales y creativas.

No obstante, hay que decir que en este cuadro de caballete pintado al temple sobre tabla y que hoy se conserva en la National Gallery de Londres, se centró en representaciones más clásicas de animales de perfil. Tan solo los perros olisqueándose parecen salirse de ese guión. Incluso los superpone, de una manera muy similar a como los podría tener en un cuaderno de apuntes.

Todo parece indicar que el tema de la visión de san Eustaquio no es más que una excusa para plasmar tal repertorio de animales: caballos, perros, ciervos, liebre, aves. También el personaje principal está en una pose de perfil, con total nitidez, montando a caballo y en una postura que podría ser idéntica a las habituales medallas de los nobles de la época.

Sin duda es la representación de un alto cortesano, con todo su boato tanto en la persona como en la cabalgadura. Todo muy terrenal, pero de pronto, frente a él y a un tamaño algo pequeño se aparece Cristo Crucificado. Eso recuerda la leyenda de que a san Eustaquio, mientras estaba de caza se le apareció Jesús en la cruz, precisamente entre los cuernos de un ciervo que iba a cazar. Y aquella visión le convirtió al Cristianismo.

Desde luego que es un cuadro muy curioso y de difícil interpretación. Es cierto que san Eustaquio se convirtió en el patrón de los cazadores. Y también es verdad que la clientela de Pisanello eran aficionados a estos muestrarios de animales. Sin embargo, todo reunido parece algo extraño. Y quizás también fue así en la época, ya que se ve bajo los perros una filacteria, destinada a alguna inscripción del encargante. Pero no se lee nada, así que tal vez no supieron que poner ante tal conjunto o finalmente no le gustó al cliente.