Las Bodas de Caná, El Bosco
El milagro de las Bodas de Caná es uno de los más conocidos y representados a lo largo de la historia del arte, son muchos los autores que han representado este milagro, entre ellos encontramos el magnífico cuadro del Veronés que se encuentra en el Museo del Louvre y que mide nada menos que nueve metros de anchura y más de seis metros de altura. Sin embargo, la obra que aquí analizamos es anterior al cuadro de el Veronés, se trata de un óleo sobre tabla pintado entre los años 1475 y 1480 por el artista flamenco, Hieronimus Bosch, el Bosco.
El Bosco es uno de los pintores flamencos que más éxito ha cosechado a lo largo de la historia de la pintura. En realidad, el artista firmó muy pocos de los lienzos que realizó y no fechó prácticamente ninguno de ellos por lo que no resulta sencillo seguirle las pistas de su producción artística; no obstante, es su particular estilo iconográfico el que ha permitido a los historiadores del arte realizar un estudio minucioso de su obra y su persona. El Bosco creó un estilo único y personal que tenía una clara intención didáctica y de crítica moral, pero en la que los personajes fantásticos y los monstruos tenían un papel fundamental en sus obras. Las bodas de Caná, es conocido como el primer milagro púbico realizado por Jesús gracias a la intervención de su madre la Virgen María o al menos, así lo relata San Juan en el Evangelio2: 1-11.
En esta ocasión el Bosco ha dado a la obra una interpretación diferente a las versiones que se habían hecho hasta entonces, normalmente Jesús y María siempre eran los protagonistas de la escena, pero en esta ocasión en el centro de la composición destacan los esposos junto con la Virgen María mientras que Jesús queda situado en la zona izquierda del lienzo arropado por un dosel que destaca su figura. Tradicionalmente se ha entendido que la tabla del Bosco es una referencia a la superioridad de la castidad sobre el matrimonio. El esposo se ha identificado con la figura de San Juan mientras que la novia lo hace con María Magdalena, ambos personajes renunciaron a su vida de casados ara seguir a Jesucristo en sus enseñanzas.
Otros elementos que no estamos acostumbrados a ver en la representación de este pasaje pero que sí incluye el artista son los símbolos del amor carnal como son por ejemplo la gaita o el cisne, representación de Venus la diosa del amor.