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Las tres edades de la vida, Klimt

Publicado por Laura Prieto Fernández

Las tres edades de la vida es un óleo sobre lienzo de 180 x 180cm pintado por Gustav Klimt en 1905. Klimt fue sin duda alguna uno de los mejores representantes del modernismo de la secesión vienesa. Por aquellos años Viena era una las cunas del arte y la cultura; Klimt cosechó, ya en vida, innumerables éxitos y se convirtió paulatinamente en uno de los más importantes personajes de la sociedad vienesa. Prueba del éxito que acompañó durante años al pintor es el hecho de que una galería italiana comprara precisamente esta obra tras su exposición en la Exposición de Arte de 1908, su particular estilo modernista triunfaba a principios del siglo XX.

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En las tres edades Klimt expresa la fugacidad de la vida en las figuras de tres mujeres de distintas edades: Una joven y bella madre sostiene a su pequeña hija en brazos, ambas duermen plácidamente y la belleza se vislumbra en cada una de sus formas; en contraste aparece la figura de la vejez, sus formas ya demasiado maduras no trasmiten ni la belleza ni la vitalidad que las otras figuras, su rostro queda oculto por su propia mano y sus largos cabellos caen como una ondulante cascada gris.

La simbología en las figuras va más allá del tránsito de la vida y está íntimamente relacionado con el colorido que atribuye a cada fémina: la madre y la niña son representadas con colores vivos y llamativos, ambas nos trasmiten tranquilidad y ternura, vitalidad, juventud… los colores apagados y menos atrayentes de la anciana nos permiten relacionarla con la decadencia, el pesimismo y un fin demasiado próximo. Una lectura aún más profunda se desprende de la obra del vienes, la felicidad de la vida se apaga en la senectud, el fin -ya próximo- hace que en el hombre afloren nuevos sentimientos.

Las figuras están dispuestas en un fondo abstracto, su exuberante decoración se ve confrontada con la parte superior pintada en negro, que podría hacer referencia a la noche, y el resto de la composición en tonalidades terrosas.

La línea ondulante hace referencia a la mujer pero también a lo cíclico, al círculo de la vida. La composición es claramente vertical y focalizada en la parte central.

La monumentalidad de las figuras aparece remarcada por la postura de la anciana con la cabeza girada a pesar de las imponentes dimensiones del cuadro, la figura se torsiona adaptándose al marco como si de una representación románica se tratara.

Su pintura es igualmente bella y sensual, la mujer en todas sus formas y edades es siempre un recurrente en la producción de este artista y la carga erótica que trasmite su pintura hace referencia a las obras de artistas posteriores como Ingres o Manet. Cada una de las mujeres desnudas del vienes puede ser considerada una autentica Olympia.

Su estilo es personal e inconfundible es común en varias de sus obras, de hecho Las tres edades se exhibió en la Exposición de 1908 junto con El beso, ambas con el mismo formato y la disposición centralizada de las figuras focalizadas por la planitud y vacío de los espacios laterales.