Los Siete Pecados Capitales, El Bosco
A finales del siglo XV los ecos de una pintura renacentista se difundían por toda Europa, en este momento las grandes innovaciones en el campo de la pintura, sobre todo en lo referente a la perspectiva, daban paso a obras realista cada vez más alejadas del estilo medieval. Es en la zona del Norte de Europa donde la pintura de la escuela flamenca va a introducir paulatinamente estos cambios. La obra que aquí nos ocupa es obra de uno de los artistas que a menudo se estudian como parte de la escuela flamenca pero que sin embargo su origen es neerlandés, Hyeronimus Bosh, más conocido como El Bosco.
La Mesa de los Siete Pecado Capitales es una de las obras más originales del momento por su configuración. Pintada en óleo sobre tabla la obra está diseñada de manera circular como si de una gran mesa se tratase y en ella se representan con gran realismo los siete pecados capitales.
Como en la mayoría de las obras de El Bosco no son muchos los datos que tenemos acerca de la pieza, los expertos la han datado de en torno al año 1485, aunque algunas voces discordantes sugieren que la obra debió de ser realizada algunos años antes entre 1475 y 1480. Lo que sí sabemos es que la pieza acabó en manos del monarca de la Casa de los Austrias Felipe II, quien se convirtió en un gran admirador de la pintura del Bosco y mandó colocar la obra en el Monasterio del Escorial de Madrid donde permaneció hasta la Guerra Civil, cuando la tabla fue llevada al Museo del Prado donde se exhibe en la actualidad.
Como en la mayoría de las piezas de este artista se ha representado con habilidad y maestría una temática moralista que se entrelaza con la ironía y la vulgaridad de la especie humana; con todo la obra ofrece un mensaje de salvación. En el centro de la composición y como si se tratase de la pupila de Dios aparece un pequeño círculo en el que se representa a Jesucristo resucitado con el lema “Cuidado, cuidado, Dios lo ve.”
A su alrededor y formando un círculo mayor se disponen las siete escenas en cada una de las cuales se representa uno de los pecados capitales y ambientado en la sociedad de Flandes. Todas ellas cuentan con una inscripción del pecado que representan para facilitar su identificación.
La obra se completa con dos cartelas con inscripciones extraídas directamente del libro del Deuteronomio que avisan de la continua presencia de Dios en la vida de los hombres. Además completando la escena aparecen cuatro círculo en cada una de las esquinas, en ellos se representan Las Postrimerías es decir, las escenas del juicio, la muerte, el infierno y la gloria. Es precisamente en estas escenas de menor tamaño donde el artista representa su estilo más personal, sobretodo en la parte del infierno, donde vemos similitudes con otras obras del artista como por ejemplo El Jardín de las Delicias.