Niños jugando a los dados y Niñas contando dinero, Murillo
Durante la época barroca se pueden observar dos corrientes diferentes en la Escuela Sevillana, una de estas corrientes seguía los parámetros lumínicos establecidos por Caravaggio con la corriente tenebrista –fuertes contrastes de luces y sombras que modelan el cuadro y que nos permiten apreciar el tono dramático de la obra- mientras que la otra, también siguió al artista italiano pero esta vez en su estilo compositivo con un marcado naturalismo.
Los dos lienzos que aquí analizamos hoy, fueron pintados por el artista español Bartolomé Esteban Murillo, pero en ellos se puede apreciar claramente la influencia naturalista del maestro italiano. Murillo (1617 – 1682) está considerado como una de las grandes figuras de la escuela sevillana y el creador de iconografías propias como la afamada Virgen Inmaculada, además el pintor contó con un amplio taller y muchísimos seguidores que no sólo le ayudaron con los encargos sino que tras su muerte, muchos de los discípulos del artista continuaron en la misma línea pictórica que había tenido su maestro consagrando sí su estilo en el tiempo.
Dentro de la gran cantidad de obras que nos legó este artista más de una veintena de piezas pertenecen al género pictórico y muchas de ellas se encuentran protagonizadas por niños. Curiosamente casi todos los lienzos de este tipo se encuentran fuera de España de hecho, las primeras noticias que se tienen sobre ellos provienen del extranjero por lo que muchos historiadores del arte han pensado que quizás este tipo de piezas pudiese responder a algún tipo de encargo por parte de algunos comerciantes flamencos.
Las dos obras que aquí analizamos, Niños jugando a los dados y Las Niñas contando dinero, presentan muchas semejanzas entre ellas, tanto temáticas como compositivas. En primer lugar debemos señalar que en ambos óleos la escena se desarrolla con el mismo paisaje de fondo, unas ruinas clásicas así como la misma luz dorada y otoñal.
En las Niñas contando el dinero vemos a dos jovencitas que cuentan el dinero recogido después de un día de trabajo vendiendo fruta. Ambas se sitúan de frente al espectador aunque se mantienen ausentes en sus asuntos y por su gesto de felicidad podemos predecir que la venta ha resultado cuanto menos exitosa.
Por su parte en el lienzo de Niños jugando a los dados no observados dos figuras sino tres, dos jóvenes se encuentran enfrentados jugándose a los dados el dinero obtenido de la venta de fruta o agua mientras que un tercero come fruta ensimismado mientras observa al espectador. La escena se completa con un gracioso perro que espera impaciente su trozo de fruta.
En ambos lienzos cabe destacar tanto el ambiente lumínico como la maestría con la que el artista ha representado la fruta y los objetos de los cuadros, convirtiendo a éstos en auténticos bodegones en miniatura. De la misma manera destacar a los propios niños como protagonistas de los lienzos en lo que el artista ha sabido reflejar la picardía y belleza de su edad.