«Número 1» de Pollock
El expresionismo abstracto comenzó a generalizarse entre los sectores más avanzados del arte americano de los años cincuenta del siglo XX. Los artistas encuadrados en ese movimiento no estuvieron de acuerdo con la acuñación del término debida al crítico Coates, ya que pensaban que su obra no era estrictamente abstracta y, además que no tenían nada que ver con el Expresionismo alemán. Normalmente no aparece la figuración en sus obras, aunque hay algunas excepciones y utilizan una gama cromática reducida, en la que predomina el blanco o el negro, aunque también pueden aparecer los colores primarios (magenta, amarillo y cian). En general en estas obras de grandes formatos se deja traslucir el conflicto del hombre contemporáneo y la angustia que su existencia le provoca. Entre los representantes principales destacan Franz Kline, William de Kooning y Jackson Pollock. La brevedad de la carrera de Pollock (muere a los 44 años) hace que su obra sea a la vez un resumen y una trascendental superación de la pintura americana de los años 1945-1950.
Pollock se inició en la pintura cubista y en el expresionismo mural mexicano. Posteriormente tomó contacto con Max Ernst, Guggenheim, Miró, etc., con lo que su obra pasó a teñirse de un surrealismo visionario. Cada vez se atreve a ir más lejos, llevando su obra a escala monumental, como es característico de esta escuela.
Esta tela, “Número 1”, de 1949 se encuentra en la actualidad en el Museo de Arte Moderno de Nueva York, siendo una de las mas perfectas de Pollock, en las que muestra el pleno dominio que el pintor ha adquirido del “over all” (o cobertura de superficie), que consiste en considerar a toda la superficie del lienzo de la misma manera, sin que exista ningún tipo de jerarquía de las partes de la misma. Sus dimensiones son enormes (2,69 por 5,30), ya que parece querer evocar el muro de una obra. Su pintura muestra un automatismo violento y gestual, creando una especie de red de hilos de una energía extraordinaria, poseedora de un poderoso ritmo interno. Aplica la pintura directamente del tubo (dripping), puesto que raramente se servía del pincel, ya que usaba cualquier cosa que tuviese a mano, palos, cuchillos, etc. Agrega a la pintura diferentes materias como polvo de cristal o arena para darle cuerpo y textura al lienzo. Con respecto a los colores, emplea colores puros que entretejen una serie de líneas curvadas que muestran claramente la energía interior desarrollada durante su ejecución. Carece de planteamiento o dibujo previo, ya que para Pollock, el acto de pintar es algo inmediato, que se realiza en un momento concreto, dejando que el impulso interior se desarrolle libremente, como en una especie de automatismo (esto lo entronca con los surrealistas).
Pollock explicaba que en sus obras se esfuerza para conseguir un estado en el cual el espíritu pueda entregarse plena y totalmente al arte de pintar, hasta el punto de no tener ninguna traba para su acción, lo cual no tiene nada que ver con la estética, sino que es el resultado de una convicción. Así la pintura sirve para volcar sentimientos que son imposibles de descifrar, incluso para el propio artista. Esto no es ni más ni menos que la total independencia del lenguaje del arte.