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Número 13A Arabesco de Pollock

Publicado por A. Cerra

Número 13A Arabesco de Pollock

Este lienzo lo realizó en el año 1948 el artista estadounidense Jackson Pollock, y en la actualidad se puede ver dentro de la Universidad de Yale.

En ese año de 1948, el pintor prescinde por completo de cualquier atisbo de figuración y se deja llevar por completo por la escritura automática que preconizaban tanto los surrealistas como los seguidores de las teorías psiconalíticas. Dos corrientes, Surrealismo y Psicoanálisis que influyeron enormemente en el Expresionismo Abstracto de Estados Unidos, y especialmente en el arte de Pollock.

En este caso recurre al uso combinado de la pintura al óleo y del esmalte acrílico. Y lo hace sobre un fondo de color oxigenado en el que va superponiendo torbellinos de líneas, en colores blanco, gris y negro. La idea es que esas líneas de color parezca que bailen sobre la superficie del lienzo.

Sencillamente a eso se debe el título de “Arabesco” de la obra, ya que con esas formas ondulantes pretendían plantear una especie de vínculo con los diseños de la caligrafía de origen islámico.

En este caso, ya emplea su famosa técnica del dripping, su action paiting. Para lo cual usaba un lienzo, que de momento todavía no es excesivamente grande ya que mide 92 x 2,96 cm. Una tela que colocaba en superficie horizontal sobre el suelo, y sencillamente con un palo o bien con un cepillo rígido dejaba que goteara la pintura, o bien lo hacía de modo más brusco dejando verter el cubo de pintura sobre el lienzo.

No solo importa donde cae la pintura directamente, también el incontrolado salpicado que genera. Es más, en ocasiones eso lo dejaba tal o cual, o podía extenderlo formando manchas irregulares. El objetivo es que participara el azar, pero también el propio cuerpo del artista, ya que esas líneas de color era la representación de su energía y de la acción de su mano o de su brazo. Ese carácter de gestualidad es una de las señas de identidad del Expresionismo Abstracto norteamericano.

No obstante, ningún otro pintor de esta corriente artística lo llevó tan al extremo como Pollock. Y sin duda alguna, ninguno de ellos alcanzó sus cotas de elegancia, ya que fue capaz de crear enormes lienzos en los que llama la atención una especie de caligrafía sin textos. No obstante, tras esta fase de absoluta abstracción, pocos años después y poco antes de su muerte fue capaz de introducir en sus torbellinos de líneas ciertas notas de figuración, lo cual supuso otra profunda renovación en su arte.