Retrato Ecuestre Duque de Lerma, Rubens
El retrato ecuestre del Duque de Lerma es una de las obras que el artista barroco Pedro Pablo Rubens realizó durante su estancia en España. El lienzo fue realizado en torno a 1603 y es un auténtico elogio a la figura de uno de los personajes más famosos y poderosos de la época, el valido del monarca.
Pedro Pablo Rubens (1577 – 1640) es, sin lugar a dudas, el mejor representante de la escuela flamenca en época barroca. Aunque su formación artística comenzó en el Norte de Europa de la mano de pintores de segunda fila, las verdaderas influencias en este artista se produjeron durante su estancia en Italia. En 1600 llegó a Italia donde conoció y estudió la pintura de los grandes artistas renacentistas y las fuentes artísticas más destacadas de la Antigüedad Clásica. Durante esta época su pericia fue alabada por algunas de las figuras más destacadas de Italia y Rubens llegó a convertirse en el pintor de la corte del Duque de Mantua, Vicenzo Gonzaga.
Dicho cargo no sólo le proveía de una acomodada situación económica, sino que le permitía realizar numeroso viajes y conocer innumerables colecciones pictóricas y escultóricas. Es precisamente en este contexto en el que podemos ubicar el retrato del Duque de Lerma. En representación de Vicenzo Gongaza Rubens acudió a la corte española con una misión diplomática que no tuvo ningún éxito pero que, sin embargo sirvió al artista flamenco para conocer las obras de la colección real española, a algunos de los grandes genios de la época y sobretodo dejar en este país algunas obras.
Así Don Francisco Sandoval y Rojas, Duque de Lerma y valido de Felipe III le encomendó a Rubens la tarea de realizar un retrato ecuestre como si de una personalidad regia se tratase. No se debe olvidar que en esta época el de Lerma era uno de los hombres más poderoso e influyentes de España. Los monarcas de la Casa de los Austrias introdujeron la figura de los validos en su corte, personas de su máxima confianza que actuaban con la autorización real en cualquier campo para aconsejar al rey y tomar, junto a éste, cualquier decisión.
El Duque aparece representado sobre un caballo blanco que se dispone frente al espectador; tradicionalmente los retratos ecuestres eran más típicos de los monarcas y la disposición seguía el mismo esquema que había utilizado Tiziano en la representación de Carlos V: el monarca representado de perfil con el caballo encabritado. Sin embargo el artista flamenco ha optado por una disposición frontal con un pronunciado escorzo del animal y cuya posición nos permite en la lejanía el fragor de una batalla. Se ha utilizado un contrapicado de manera que el espectador se sitúa casi a los pies del caballo y parece que éste le vaya a arrollar.
Don Francisco Sandoval era un hombre corpulento y elegante y así aparece representado en el óleo de Rubens; está ataviado con una pulida coraza que destaca por su detallismo y en las manos porta el bastón de mando. Especial mención merece sobre sus vestiduras la cruz y la venera que ponen de manifiesto su condición como Caballero de la Orden de Santiago.