Triptico de la guerra, Otto Dix
El tríptico titulado La Guerra es una de las obras cumbres del artista expresionista Otto Dix, en ella el artista expresa la angustia y el miedo vividos a lo largo de la I Guerra Mundial. Otto Dix es solamente uno de los muchos artistas que reflejaron en sus lienzos el horro y el desastre de uno de los mayores conflictos mundiales. En realidad, los acontecimientos históricos y las sociedades del siglo XX estuvieron fuertemente marcados por los conflictos mundiales; la desolación que ocupó Europa a lo largo de la Primera y Segunda Guerra Mundial, marcaron el panorama cultural de las vanguardias ya que el arte no logró desligarse de las tragedias que diariamente se vivían en el frente.
Otto Dix (1891 – 1969) está considerado como una de las figuras artísticas más destacadas del expresionismo alemán. Nacido en Gera, Alemania, el artista se formó en la Academia de Bellas Artes de Dresde que más tarde pasaría a dirigir. Al estallar el conflicto en 1914, el artista decidió alistarse como voluntario y durante algún tiempo luchó en Francia y Rusia. El conflicto influirá sobremanera en la obra del artista y son precisamente los lienzos de esta temática los más valorados de su producción.
En esta ocasión, nos encontramos ante un tríptico realizado en una técnica mixta sobre madera que dataría de 1929 a 1932. Esta no era la primera ocasión que el artista representaba los horrores de la guerra, de hecho se convirtió en un espléndido grabador y sacó a las luz más de doscientos grabados que son una inestimable fuente de información acerca de la vida en las trincheras. Como precursor del tríptico también encontramos obras más sencillas como La Trinchera pintada algunos años antes.
La elección de este formato no fue en absoluto banal, el artista buscaba plasmar el dinamismo y la secuenciación de los tres lienzos con la idea de otorgar una perspectiva global de la guerra en una sola obra. En la tabla de la izquierda nos encontramos dos soldados que, a tientas, avanzan a través de una espesa niebla; los hombre se encuentran situados de perfil mirándose de soslayo con la incertidumbre de no saber lo que les espera en la espesura de la calima. Por su parte la tabla de la derecha nos muestra un acto heroico en medio del fragor de la batalla, atravesando un campo lleno de cadáveres un soldado, que no es otro que el propio artista, tira con una fuerza desgarradora de un compañero herido con el fin de salvar la vida de ambos.
Pero sin duda, la más interesante es la tabla central; en ella se ha representado el fin del conflicto. La trinchera de los soldados ha sido arrasada por las tropas enemigas y tan sólo quedan los restos descuartizados de algunos soldados y las huellas de los cráteres de las bombas sobre la tierra. El miedo a la muerte, la desolación y el horror por la barbarie se han plasmado en el tríptico del artista alemán con la intención de dejar un vestigio de la que fue la primera gran guerra.