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Miserias y desgracias de la guerra de Jacques Callot

Publicado por A. Cerra

Grandes Miserias de la Guerra de Callot

Con este título tan explícito de Miserias y desgracias de la guerra publicó en 1633 una serie de 18 grabados al aguafuerte el ilustrador Jacques Callot.

Este artista era originario de la región de Lorena, hoy territorio francés, pero antaño dominio alemán, y siempre tierra de conflicto entre ambos países. Así que allí vio con sus propios ojos la devastación y crueldad que se vivió en su tierra natal durante los episodios de la Guerra de los Treinta Años. Así que de alguna forma las imágenes son una magnífica crónica de lo que sucedió allí en ese largo conflicto bélico.

Nos relata con todo lujo de detalles los episodios que vivió un batallón de mercenarios, desde su formación hasta las batallas en las que intervinieron o los saqueos que llevaron a cabo. Y también los crímenes que ocurrieron, algunos realmente crueles como la imagen que vemos del ahorcamiento, con numerosos cadáveres colgando de un gran árbol.

El ahorcamiento de Callot

Este es el undécimo grabado de la serie y en realidad los ahorcados son los propios mercenarios que habían protagonizado los anteriores de la serie. Ellos habían cometido diversos crímenes, hasta que finalmente fueron hechos presos y juzgados a morir de semejante modo.

Eso se comprende gracias a los versos que aparecen en la parte inferior de la escena, donde se habla de que este atroz ajusticiamiento en realidad es una cuestión de justicia divina. Y por eso antes Callot se había explayado en representar con todo lujo de detalles sus muchos crímenes de guerra. Crímenes que había sufrido la población civil, a la que no dudaban en saquear, torturar, asesinar o violar. Si bien en algún grabado también se plasma la venganza que llevaban a cabo los campesinos en cuanto tenían ocasión.

En definitiva que estamos ante un relato gráfico bastante fiel de lo que pudo ser un conflicto armado durante el siglo XVII. Unas guerras en las que no existía prácticamente regla alguna y donde los instintos más bajos y crueles del ser humano podían salir a relucir sin ninguna impunidad. Una situación que han reflejado muchos pintores, como por ejemplo Francisco de Goya. De hecho, se pueden hacer ciertas comparaciones entre los grabados de Callot y los que hizo el artista español en siglo XIX en su serie de Los Desastres de la Guerra.