Los desastres de la guerra, Goya (II parte)
En las ochenta y dos estampas que conforman Los Desastres de la Guerra, Francisco de Goya se convirtió en el cronista más representativo de su época; una especie de reportero de guerra en la que el grabador nos proporciona una valiosa información acerca de las desdichas del conflicto. En este sentido debemos señalar como Francisco de Goya y Lucientes (1746 – 1828), es una de las figuras más representativas de la pintura española de todos los tiempos; sus lienzos supusieron un punto de inflexión en la concepción artística del momento y fueron la influencia de los grandes pintores de la pintura moderna. Pero además Goya fue un hombre crítico con la situación política y social de su tiempo de modo que en sus obras más personales –quizás no tanto en los encargos oficiales- el artista dejaba entrever su posición con respecto a la época que le tocó vivir.
Es precisamente este hecho lo que hizo que la serie de grabados de Los Desastres de la Guerra tardase tanto tiempo en salir publicada.
Debemos recordar que la serie fue encargada al artista por el General Palafox, quien envió a Goya a Zaragoza para recrear los acontecimientos del Sitio de Zaragoza. Sin embargo, el artista no sólo plasmó las desgracias que provocaba el ejército francés sino la contienda en general; de esta manera podemos señalar tres líneas temáticas en los grabados del artista:
Entre los grabados 1 y 47 el artista se muestra bastante fiel al encargo de Palafox, recreando el horror que la Guerra de la Independencia estaba causando en España. Es común el tema de la muerte en esta primera serie la mayoría de las veces denunciando la falta de justicia como en los grabados Con razón o sin ella o ¿Por qué?
En un segundo apartado que ocupa entre las estampas 48 y la 64, el artista se centra en el tema de la hambruna como consecuencia del conflicto y si bien es cierto que en ellos se recogen algunos acontecimientos del Sitio de Zaragoza, el artista también representa el desabastecimiento que sufría Madrid. Además Goya muestra cómo son tratadas las diversas clases sociales en el conflicto algunos gozando incluso de grandes privilegios como el artista muestra en su grabado Si son de otro linaje.
Los últimos grabados, desde el número 65 al 82, el artista hace referencia a la situación sociopolítica del país con el regreso del absolutismo de Fernando VII. En este sentido Goya se muestra muy crítico con el monarca y en sus grabados son recurrentes las alegorías con animales que representan las clases sociales adscritas al absolutismo como por ejemplo la estampa número 76 que recibe el nombre de Buitre Carnívoro; este último conjunto de grabados ha sido denominado como Caprichos Enfáticos.
