Tríptico de la Guerra de Aurelio Arteta
Es obvio que con el paso de los años la gran obra representativa del horror de la Guerra Civil Española es el Guernica de Picasso, una obra de calidad incuestionable a la que se le sumó su propia peripecia vital, como que durante años estuviera fuera de España, en Estados Unidos, lejos de la Dictadura de Franco.
El Guernica se convirtió en la gran obra y el escaparate mundial de la guerra cuando se expuso en el Pabellón Español de la Exposición Internacional de París de 1937. Sin embargo, el espacio dedicado para la famosa obra de Picasso casi fue ocupado por el Tríptico de la Guerra que ese mismo año hizo el pintor Aurelio Arteta, un obra triple que alcanzó gran renombre en el momento y que plasma con otro modo bien distinto los horrores del conflicto bélico.
La obra la hizo en Biarritz, Francia, donde comenzó su exilio que de manera definitiva le llevó a México, país donde moriría en 1940.
Es más que posible que Arteta también se inspirara en el devastador bombardeo que la legión Cóndor nazi realizó en abril de 1937 sobre la población vizcaína de Gernika. Si bien, en su obra no se identifica en concreto ese lugar, si bien el ambiente es plenamente del País Vasco.
Como buen tríptico, la obra se compone de tres partes. A la izquierda un lienzo titulado El Frente, donde se ve a un joven con un fusil y su actitud es de miedo y valentía a la vez, ya que con esa sencilla arma que empuña tiene que enfrentarse a los numerosos aviones que están sobrevolando por encima de su cabeza.
A la derecha el lienzo se titula La Retaguardia, y nos muestra los resultados ese bombardeo, con un paisaje destruido, y los cuerpos sin vida de una madre y un hijo. Y en el centro, a un tamaño ligeramente mayor está la imagen de El Éxodo. En ella se ve como los jóvenes embarcan camino de la guerra, y quizás de la muerte.
Son muchas las diferencias respecto al Guernica picassiano, porque el estilo de Arteta está más cercano a la tradición figurativa, si bien tiene sus efectos deudores del Cubismo y sobre todo de Cézanne. Además Aurelio Arteta era un gran admirador de Pablo Picasso, y se negó a que su tríptico fuera un obstáculo para restarle protagonista al gigantesco lienzo de Picasso.
Lo cierto es que para entonces, Aurelio Arteta sobre todo estaba concienciado con la necesidad de buscar ayuda para que parara la contienda civil española. Él, poco después de comenzar la guerra, tuvo que huir de Madrid, donde era profesor de la Escuela Superior de Pintura, Escultura y Grabado. Se refugió primero en Valencia, luego en Barcelona, y más tarde huyó a Francia, donde vio con dolor como seguía la lucha entre españoles. Y finalmente, tal y como hemos dicho, se refugió en México, donde muchos otras figuras relevantes de la cultura española tuvieron que exiliarse durante décadas. Si bien, Arteta falleció allí al año siguiente que terminó la Guerra Civil.