Vista de Zaragoza
Se trata de un cuadro de grandes dimensiones, casi dos metros de alto por más de tres de alto, concretamente 181 x 331 cm, pintado con la técnica del óleo sobre soporte de lienzo. Esta obra se encuentra expuesta en el museo del Prado de Madrid.
En la actualidad, el cuadro se atribuye íntegramente al artista Juan Bautista del Mazo, un pintor español que vivió entre el 1605 y el 1667. Sin embargo, no siempre fue así, y hasta hace unas décadas muchos historiadores del arte consideraban que la autoría de esta obra era compartida entre el citado del Mazo y el gran pintor sevillano Diego Velázquez, la máxima figura la pintura barroca española.
Esta intervención de Velázquez se creía plausible por dos motivos. El primero de ellos era que aunque Juan Bautista del Mazo fue un reputado pintor, especialmente en aquellas obras dominadas por los paisajes, lo cierto es que esta obra es sin duda alguna su cuadro de mayor calidad, y por ello y por las características formales de la obra se creyó más que posible la intervención de Velázquez, sobre todo en las figuras humanas del primer plano de la vista, donde se observa un conjunto de personajes de la sociedad de la época, todos ellos representados con una gran vitalidad.
Y la segunda razón por la que se creía ver la mano de Velázquez en esta tela, es por Juan Bautistas del Mazo formó parte del taller del artista sevillano y en aquellos tiempos era prácticamente una costumbre que los discípulos más destacados acabaran emparentando con el maestro, y por eso del Mazo se casó con Francisca, la hija de Velázquez. Era muy habitual este tipo de matrimonios, de hecho el propio Velázquez se había casado años atrás con la hija de su maestros, el pintor Pacheco.
Además, una vez establecidos estos vínculos de parentesco, sin duda el suegro tendía a beneficiar en todo lo posible a su yerno, facilitándole encargos, mejorando sus obras o ayudándole a conseguir algún puesto oficial. Y la realidad, hay más obras de del Mazo que según algunos historiadores han contado con la participación de Diego Velázquez, como es el caso de un famoso retrato de la Infanta doña Margarita de Austria. Pero los estudios actuales definitivamente le atribuyen estas obras en exclusiva a Juan Bautista del Mazo.
El caso es que la trayectoria de Juan Bautista del Mazo se desarrolló gracias a la ayuda de Velázquez. Entró a formar parte del séquito real, e incluso tras la muerte de su suegro, se convirtió en pintor de cámara en 1661.
Antes de eso, en el año 1647, del Mazo había pintado esta Vista de Zaragoza, por encargo del propio monarca Felipe IV, quién quería conmemorar con este cuadro una visita suya a la ciudad, y al mismo tiempo quiso que se presentara a Zaragoza con una vista desde el hospital donde el año anterior había fallecido su hijo el príncipe Baltasar Carlos.
La obra es una excelente instantánea de la época que nos muestra un puente que aún hoy se mantiene en pie, si bien cuando fue retratado por del Mazo el puente contaba con dos arcadas centrales en ruinas, ya que habían sido derruidas por una enorme crecida acontecida en 1643.