Arte
Inicio Pintura, Postimpresionismo Visión después del sermón, Gauguin

Visión después del sermón, Gauguin

Publicado por Laura Prieto Fernández

Realizada en óleo sobre lienzo esta obra fue pintada por Paul Gauguin (1848-1903) en 1888 cuando, agotado de la, para él, ya manida y poco satisfactoria vida parisina decide trasladarse a Bretaña, una de las regiones más aisladas de Francia. Gauguin perteneció al grupo de pintores que partiendo de algunas de las premisas impresionistas, potencian un estilo más personal e innovador que dará paso a las vanguardias artísticas, son los llamados post-impresionistas.

Allí realiza un cuadro de temática religiosa que pretende donar a una iglesia local. Gauguin elige el tema de la lucha de Jacob contra el ángel. Jacob que había intentado engañar a su padre y quitarle la primogenitura a su hermano Esaú, fue expulsado de su hogar hasta que recuperara el camino del Señor. Gauguin plasma uno de los muchos sufrimientos que tuvo que pasar Jacob para recuperar el favor de Dios y de su familia, en este caso aparece luchando con un ángel enviado por Yahvé, quien le reveló su nuevo nombre Israel. Un grupo de mujeres bretonas está rezando mientras ocúrrela aparición.

El cuadro, a pesar de basarse en un tema religioso incorpora elementos locales y es tratado de una manera muy personal y simbólica. Las mujeres bretonas, ataviadas son traje negro y cofia blanca llevan el típico traje bretón, su porte es de gran tamaño y enfrente del grupo aparece una vaca mucho más pequeña. Una rama de manzano divide diagonalmente la composición y en la otra mitad aparece la lucha descarnada de Jacob con el ángel. Jacob aparece vestido con una túnica negra y pelo negro que contrasta con el ángel rubio de túnica azul y grandes alas amarillas.

En los rostros de algunas de las mujeres vemos unos rasgos toscos y muchas otras aparecen –semi desdibujadas, todo ello es fruto de unos rasgos poco trabajados y más cercanos a las formas de arte primitivo que a una autentica intencionalidad de retratar al pueblo bretón.

En esta obra el pintor postimpresionista utiliza una técnica denominada cloisonnisme que se inspira en las técnicas utilizadas para la elaboración de vidrieras y esmaltes. Consiste en otorgar a la figura de un dibujo remarcado por gruesos trazos negros y la aplicación de grandes manchas de color brillante que otorga planitud a la composición.

Utiliza el color de modo simbólico sin ajustarse a la realidad por lo que podemos concluir que más que reflejar un hecho para que parezca real, Gauguin interpreta la realidad a su manera como si de un estado onírico se tratara. Algunas de las vanguardias posteriores como el simbolismo o el surrealismo, tomarán esta premisa como parte de sus composiciones artísticas.

En la obra vemos la influencia que la estampa japonesa en el tratamiento de una perspectiva no real, es común en los artistas de esta época y sobre todo del impresionismo la recurrencia a fuentes de inspiración orientales tal y como lo hicieron artistas de la talla de Manet, Monet, Toulouse- Lautrec…

La sencillez de la composición es parte de la representación del primitivismo que quiere transmitir el artista pero también de la emoción e intensidad del momento representado.