Arte prerrománico. Visigodo II
Aparte de las iglesias comentadas más arriba, en el panorama de la arquitectura visigoda destaca Santa María de Quintanilla de las Viñas, la cual conserva solamente el ábside rectangular y parte de su nave transversal, pero destaca por la decoración esculpida. En el exterior posee frisos escultóricos, donde se representan en bajorrelieve diversos temas insertos en motivos vegetales. Pájaros, árboles, animales y plantas se combinan con elementos geométricos. Es una decoración inspirada en fuentes de la antigüedad clásica tardía y en otros elementos que remiten a la orfebrería visigoda. En el interior destacan los relieves usados como capitel imposta a cada lado del arco triunfal. La iconografía es muy variada con elementos cristológicos que parecen remitir a un programa iconográfico para el conjunto del edificio. Uno de los fragmentos muestra a Cristo bendiciendo con nimbo crucífero. Otro representa dos ángeles volando que probablemente enmarcan una representación de Cristo tal y como en la antigüedad clásica las victorias aladas enmarcaban al emperador. En la entrada del ábside, los personajes alados presentan un disco o clípeo en el que se destacan las personificaciones del sol o de la luna. Otros dos relieves contienen personajes llevando un libro. El conjunto es difícil de restituir, pero se ha comparado con el simbolismo astral y humano de Cristo y de su Iglesia según Isidoro de Sevilla. En todo caso, nos hallamos a mitad de camino entre las grandes decoraciones de la antigüedad tardía y las que en los siglos siguientes habrán de desembocar en el arte románico. El estilo escultórico se basa en la forma muy plana del relieve contenido íntegramente dentro de los límites del marco del bloque. Las proporciones exageradas e irregulares de los personajes, la manera de representar los cuerpos, en posición frontal y de perfil a la vez, así como el esquematismo de los ojos, de la nariz o de las manos, son rasgos característicos.
Santa Comba de Bande (Ourense) es una pequeña iglesia de planta de cruz griega que tiene pórtico y ábside cuadrangular. Sus muros son de sillares un tanto irregulares. Se cubría con bóvedas de cañón que se cruzan en el centro formando una bóveda de arista hecha en ladrillo de tipo romano, semejando una linterna. El espacio interior está compartimentado, destacando en su conjunto el arco triunfal que separa el presbiterio de la zona de los fieles. Todos los arcos son de herradura y, su decoración consiste en capiteles y en las impostas mediante talla a bisel, donde se reproducen modelos clásicos, con clara simbología cristiana.
San Fructuoso de Montelios es una iglesia-sepulcro de planta de cruz griega cuyos brazos en el exterior son rectos y en forma de herradura en el interior. Aparece cubierta con cúpulas y bóvedas de cañón. En el exterior tiene una importante decoración, sobre todo en el cimborrio, con una hilera de arquillos ciegos que preludian el Románico. En el interior destacan los capiteles corintios y un friso corrido de decoración vegetal.