Arte Prerrománico. Visigodos I
Se desarrolla en la península Ibérica durante el período controlado por la monarquía visigoda, desde aproximadamente el s. VI hasta el año 711 en que comenzó el control islámico de la península. Con los visigodos, la capital del reino quedó establecida en Toledo, donde se creó una corte favorable a la cultura de tradición clásica. Tras la conversión de Recaredo al catolicismo se generó una arquitectura de gran personalidad, un arte áulico que poco a poco va a irradiar hacia las provincias más lejanas a la capital. Prácticamente lo único que queda de su arquitectura son una serie de pequeñas iglesias rurales al norte del Tajo, con escasa decoración en las que se marca la influencia bizantina (contactos con los bizantinos) y norteafricana. Entre sus características generales debemos comenzar señalando que el material constructivo es la piedra trabajada en grandes sillares bien escuadrados, unidos “a hueso” o con una tenue lechada. Como elementos sustentantes, además del muro utilizan la columna y el arco de herradura (prolongado 2/5 del radio) y, entre los sostenidos encontramos bóvedas de cañón y de arista. Entre las plantas destacan la basilical y la cruciforme. Los vanos son escasos y los ábsides son cuadrangulares. En la concepción del espacio destacan los volúmenes cúbicos. Algunas presentan relieves ornamentales en paredes y capiteles, impostas y fajas decorativas talladas a bisel en dos planos. Hay dos peculiaridades netamente hispanas, que son la existencia de pequeñas cámaras o celdas, prácticamente inaccesibles desde el exterior, destinadas a los eremitas y, la pequeñez del presbiterio, debido al ritual de la liturgia española.
San Juan de Baños (Palencia) tiene planta basilical, posee tres naves separadas por columnas y 3 ábsides rectangulares, de los cuales los dos laterales se abren al transepto. Un pórtico occidental, al que se penetra bajo una arcada de herradura, completa el conjunto. La división del espacio interno, las formas rectangulares y el tipo de aparejo de tradición clásica constituyen algunas de las características de este edificio y de la arquitectura visigoda. La forma de la cabecera es muy original, remite a modelos orientales.
San Pedro de la Nave (Zamora) es una iglesia de planta de cruz latina inscrita en un rectángulo, aunando así características basilicales y cruciformes. Hecha en piedra arenisca, consta de tres naves, siendo la central más alta que las laterales, dividida por una especie de transepto cuyos brazos se prolongan al exterior a través de dos pórticos laterales. Tiene ábside rectangular en la parte oriental. Es la única iglesia visigoda con pilares aislados y tiene una cámara accesible solo a través de una ventana situada encima del arco toral, que también se encuentra en otros edificios visigodos. Los capiteles son de tipo bizantino con cimacios decorados. Aparecen esculpidos y muestran las raíces clásicas de esta cultura y el nuevo lenguaje que este pueblo encuentra para expresarse plásticamente. “El sacrificio de Isaac”, “Daniel en el foso de los leones” son algunos de los temas que aparecen en los capiteles historiados. También hay frisos murales y bases esculpidas, siempre relieves planos, generalmente incluidos en el marco que los encierra.