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Castel Sant´Angelo

Publicado por Laura Prieto Fernández

El Castelo de Sant´Angelo, también conocido como Mausoleo de Adriano, es una de las construcciones de época romana que se encuentra en la ciudad de Roma y de la que en mejor estado de conservación ha llegado hasta nuestros días. En la actualidad el castillo es paso obligado para los turistas que visitan la Ciudad Eterna, y no sólo por su localización –se encuentra a las puertas del Vaticano- sino por famoso Ponte de Sant´Angelo construido por Bernini que le dio su nombre a esta edificación.

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Para encontrar el origen de la construcción debemos remontarnos hasta el año 135 d.C. cuando el emperador Adriano mandó construir en este lugar un gran mausoleo que sirviera de enterramiento al emperador y a su familia; así en este fastuoso mausoleo descansaron los restos mortales de Adriano, su esposa y su hijo adoptivo además de los de Antonino Pio -y su mujer Faustina-, Marco Aurelio, Commodus, Séptimo Severo -junto con su mujer Giulia Domna- Geta y Caracalla.

Pese a que en la actualidad el tiempo ha hecho estragos en la construcción, en su origen el famoso mausoleo debía de ser una de las construcciones más espectaculares de su época. El conjunto se asentaba sobre una gran base cuadrangular realizada con mármol de Carrara, uno de los mármoles más apreciados en Italia por su blancura. Ésta debía medir unos 85 metros y lado y tener un grosor de uno 10 metros y fue decorada a lo largo de todo el perímetro con bucráneos; en uno de los lados de la base se encontraba una placa conmemorativa con el nombre de los emperadores allí enterrados. Sobre la base se alzaba un enorme cilindro de veinte metros de alto y más de sesenta metros de ancho realizado en peperino y recubierto por placas de mármol de Travertino que se adosaban al edificio gracias al famoso opus caementium.

Aunque no es del todo habitual que en época romana se ensalzara la figura del constructor, en esta ocasión conocemos el nombre del arquitecto, un tal Demetrianus del que apenas se tienen más datos.

Al exterior el conjunto debía completarse por un espacio amurallado y decorado con pavos reales –actualmente se conservan dos en el Vaticano-. En este espacio se encontraría un fastuoso jardín con numerosas fuentes y estatuas.

La construcción ha sufrido numerosas intervenciones y diferentes usos a lo largo de su historia, en época medieval fue utilizado con función defensiva y se hicieron varios cambios en la estructura. Así en el interior, lo único que queda del Mausoleo es la rampa helicoidal de acceso a los enterramientos. Hoy apreciamos otros cuatro niveles más que son de época posterior y que se habrían utilizado como almacén de cereales, cárcel, un apartamento fortificado para el Papa y una gran terraza defensiva. El edificio fue conectado directamente con el Vaticano por petición expresa del papa Nicolás III en 1277, un estrecho y largo pasillo que llega hasta la ciudad vecina y el conocido como el Passetto di Borgo, o Corridoio di Borgo.

Durante el Renacimiento, el Castel Sant’Angelo también fue testigo de importantes eventos históricos. En 1527, durante el Saqueo de Roma, el Papa Clemente VII se refugió en el castillo utilizando el Passetto di Borgo para escapar de las tropas de Carlos V. Este evento subraya la importancia estratégica del castillo en la defensa de la ciudad y su papel como refugio papal.

En el siglo XVII, el castillo fue embellecido con frescos y decoraciones barrocas, especialmente en los apartamentos papales. Estos frescos, realizados por artistas como Perin del Vaga y Pellegrino Tibaldi, añadieron un toque de esplendor a las austeras paredes medievales, convirtiendo algunas de las salas en verdaderas obras de arte.

En el siglo XIX, el Castel Sant’Angelo fue utilizado como prisión militar. Entre sus prisioneros más famosos se encontraba el patriota italiano Giuseppe Balsamo, conocido como Cagliostro, quien fue encarcelado allí en 1789. La celda de Cagliostro, junto con otras celdas, puede ser visitada hoy en día, ofreciendo a los turistas una visión de la vida carcelaria de la época.

El castillo también ha sido escenario de leyendas y mitos. Una de las más famosas es la aparición del arcángel Miguel en la cima del castillo en el año 590, durante una plaga que asolaba Roma. Se dice que el arcángel apareció para anunciar el fin de la plaga, y en su honor, se colocó una estatua de bronce de Miguel en la cima del castillo, que aún se puede ver hoy en día.

Actualmente, el Castel Sant’Angelo alberga un museo que exhibe una vasta colección de armas, armaduras, pinturas y esculturas, ofreciendo a los visitantes una rica experiencia histórica y cultural. El museo también organiza exposiciones temporales y eventos culturales, manteniendo vivo el legado del castillo como un símbolo de la historia romana y papal.

El Castel Sant’Angelo no solo es un testimonio de la grandeza de la antigua Roma, sino también un reflejo de la evolución histórica de la ciudad a lo largo de los siglos. Su imponente estructura y rica historia continúan fascinando a los visitantes de todo el mundo, convirtiéndolo en uno de los monumentos más emblemáticos de Roma.