Colegiata de Santa María la Mayor de Caspe
En la actualidad, esta colegiata se encuentra junto al castillo y otra iglesia erigida por la Orden de San Juan de Jesusalén o del Hospital, lo cual hace que en un pequeño espacio de esta localidad de la provincia española de Zaragoza se encuentre un curioso y atractivo cúmulo de obras arquitectónicas de diferentes épocas.
En el caso de la Colegiata, su construcción se debió al mecenazgo también de la Orden del Hospital, lo cuales se habían asentado en la zona de Caspe a finales del siglo XII, y allí establecieron una importante sede de su poder en el Reino de Aragón.
El templo en sí, es una iglesia de tres naves, siendo la central más ancha y también más alta, y todo ello con una cubierta realizada a partir de crucería simple, algo típico de los años iniciales de arte gótico cuando se construyó la iglesia.
Hoy en día se puede ver que al crucero original se le añadió otro posterior, concretamente en el año 1515. Y tampoco se puede apreciar la cabecera que tendría el templo originalmente, ya que al construir el segundo crucero fue destruido, sustituyéndolo por un nuevo testero.
Algunos investigadores, incluso dicen que quizás en un principio la iglesia no tuviera ningún crucero, y solo serían las tres naves y la cabecera. Pero que al intervenir en la obra Juan Fernández de Heredia se le añadiría un primer crucero, al que sucedería el que ya hemos nombrado de la segunda década del siglo XVI.
Juan Fernández de Heredia (1310 – 1386) es un personaje muy destacado de la historia de la Corona de Aragón. Seguramente, tras su llegada aquí procedente de Avignon, promoviera la remodelación de la construcción para otorgarle el rango y la importancia de una colegiata. Y es que Fernández de Heredia, había nacido en Caspe y aunque alcanzó prestigio como miembro de la Orden en Avignon, donde murió, lo cierto es que dejó escrito que su cuerpo fuera enterrado en este templo. De hecho, aquí hubo un sarcófago con sus restos, pero con el paso de los siglos fue destruido.
Por la sobriedad de esta construcción, algunos historiadores la han relacionado con la arquitectura del Císter, de la cual hay varios ejemplos en la propia provincia de Zaragoza, como los monasterios de Rueda, Piedra o Veruela. Por ejemplo, la Colegiata de Caspe tiene en común el uso de pilares cruciformes realizados con columnas adosadas que sirve de apoyo para los elementos de la naves y los arcos fajones. Y además los elementos decorativos son muy escasos, porque solo se ven algunos capiteles decorados con motivos vegetales.
Hoy se ve un portada abocinada con arquivoltas y esculturas, que dataría del 1412, sin embargo, la Guerra Civil Española dañó mucho este templo y lo que se ve es fruto de intervenciones modernas.
El templo además de su valor artístico posee una importancia clave en la historia, ya que aquí se celebró el Compromiso de Caspe en ese año 1412, cuando Fernando de Antequera se convirtió en Rey de Aragón.