Domus Municipalis en Bragança
La ciudad portuguesa de Bragança posee uno de los edificios más singulares del patrimonio medieval de toda la Península Ibérica, o sea, englobando Portugal y España. Se trata de la llamada Domus Municipalis, nombre latino que se traduce como casa municipal.
Estamos ante una edificación muy curiosa, construida según la mayoría de los historiadores durante el siglo XII y con formas correspondientes a la arquitectura del Románico. Sin embargo, estamos acostumbrados a ver iglesias, ermitas o catedrales de este estilo artístico, y como mucho partes de castillos, palacios o casonas románicas. Pero al contemplar la Domus Municipalis de Bragança estamos ante algo diferente.
Para empezar por su planta que se desarrolla en un extraño pentágono irregular. Y después por su disposición interior en la que se distinguen dos plantas. Una baja que se llama sala de aguas o cisterna, que obviamente se usó como aljibe para acumular el agua de lluvia. Pero se trata de una cisterna cubierta, ya que sobre la bóveda de cubrición está la llamada “casa de la Cámara”.
Esta planta alta sería un espacio de reunión para los vecinos de Bragança. Todos los asistentes a ese consejo ciudadano se sentarían en una bancada de piedra que recorre toda la parte baja de sus paredes. Mientras que en lo alto de esos mismos muros se abre una galería corrida de ventanales a base de arcos de medio punto para iluminar por completo el espacio interno.
Si esto realmente fue una especie de cabildo ciudadano, estaríamos ante el que se considera el cabildo o ayuntamiento más antiguo de todo Portugal. Si bien, hay historiadores que piensan que se construiría en una fase posterior y como un añadido de la cisterna. Unas obras que se desarrollarían aproximadamente en el siglo XIV.
El caso es que son muchos los enigmas que todavía oculta este edificio románico, que no solo es singular, sino también hermoso en su sencillez donde destaca tanto el buen trabajo de cantería en los muros como los detalles escultóricos de los modillones y canetes que aparecen en la fachada.
Obviamente en la actualidad se encuentra restaurado para que sea visitable, ya que su cubierta de madera no ha resistido el paso de los siglos. Menos aún al tratarse de una construcción ubicada dentro de un castillo y en una zona de frontera entre tierras lusas e hispanas.
En definitiva, un ejemplo de arquitectura civil de época románica, o al menos medieval de lo más extraño y peculiar, sobre el que todavía quedan muchas cosas que investigar.