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El monasterio de Hosios Loukás

Publicado por A. Cerra

Exterior del Monasterio de Hosios Loukás

Este monasterio de Hosios Loukás, está dedicado a San Lucas de Focida. Y es, junto al monasterio de Dafnis, uno de los monumentos de estilo bizantino más hermosos y relevantes de cuantos hay en Grecia, un país de credo mayoritariamente ortodoxo.

Hay dos partes a la hora de hablar de este templo. Por un lado se tiene que hacer mención a su visión externa, en la que tiene un enorme protagonismo su principal cúpula semiesférica. Una cúpula que culmina un complejo pero hermoso sistema de pechinas, bóvedas y contrabóvedas, que van ganando altura y trasladan todos los empujes y pesos a los elementos estructurales del edificio.

Pero la importancia de esa cúpula y todo el sistema constructivo no solo es clave en el aspecto externo del edificio. Todavía tiene más cuando entramos al interior del templo, ya que todos los vanos que se abren en el tambor de la cúpula son los que bañan de luz el espacio interno.

Allí está la segunda visión impactante del monasterio de Hosios Loukás. Hablamos de su impresionante colección de mosaicos. Unos mosaicos bizantinos siempre con brillantes fondos dorados y que cubren hasta el último centímetro.

Interior del Monasterio de Hosios Loukás

Comienzan en la zona del nártex, donde encima de la puerta hay un Pantocrátor con la Biblia abierta, con el que se dice a los fieles que sigan Dios porque es la luz. No obstante, en ese nártex hay más mosaicos con diferentes escenas como la Crucifixión, Cristo y los Apóstoles y otros relatos bíblicos.

Tras eso, el repertorio musivario prosigue en la nave central y sobre todo en las pechinas de la gran cúpula. Allí hay escenas bíblicas que dan pie a las grandes fiestas religiosas como la Natividad o el Bautismo de Cristo.

En cambio cuando se llega al ábside, los mosaicos tienen un carácter menos literario y más simbólicos. Allí los grandes protagonistas son el Espíritu Santo por ejemplo en la escena de Pentecostés o la Virgen María sosteniendo al Niño.

Y por último hemos de decir que el espacio de la cúpula lo ocupaba el mosaico más importante de todos con una representación de Cristo Todopoderoso, pero este fue destruido.

Sin embargo, eso no es impedimento para que estemos ante uno de los más fabulosos conjuntos de la segunda edad de oro de los mosaicos bizantinos, elaborados a lo largo del siglo XI aproximadamente. Un conjunto excepcional por su calidad y por su contenido. Aquí realmente está plasmada prácticamente toda la iconografía de la religión ortodoxa, además de unos 140 santos venerados por los creyentes.