Arte
Inicio Arquitectura Estadio Olímpico de Ámsterdam de Jan Wils

Estadio Olímpico de Ámsterdam de Jan Wils

Publicado por A. Cerra

Estadio Olímpico de Ámsterdam de Jan Wils

En la actualidad es muy habitual que los grandes arquitectos se dediquen a realizar deslumbrantes recintos deportivos con motivo de la celebración de eventos de internacionales como pueden ser unos Juegos Olímpicos. Es algo que podemos ver en obras tan modernas como el Estadio del Nido de Pájaro de Pekín o en el nuevo Wembley ubicado en la capital de las islas Británicas y concebido por Norman Foster. Sin embargo, esta relación entre arquitectura y deportes no es algo nueva.

Por ejemplo en el año 1928 se construyó el Estadio Olímpico de Ámsterdam con motivo de la celebración de las Olimpiadas en esta ciudad de los Países Bajos. Fue una obra proyectada por el arquitecto Jan Wils (1891 – 1972) quién generó un espacio con una aforo de unos 34.000 espectadores y que incluyó un gran pebetero para que ardiera la llama olímpica, toda una novedad ya que no se había hecho antes y desde esta edición se convirtió en una tradición olímpica.

Además el estadio se usó para diversas disciplinas deportivas durante la celebración de los juegos y posteriormente siguió siendo así, al igual que se hicieron diversas reformas y ampliaciones. Aunque la última de estas obras en los años 90 del pasado siglo XX se le devolvió gran parte de su aspecto original.

Es una obra arquitectónicamente muy valorable para la época, debido a su graderío volado sobre estructuras de hormigón. No obstante, lo más reseñable de la misma, es que la propia obra le valió una medalla de oro olímpica a su autor. Y es que en esa época, durante las Olimpiadas también se incluían varias disciplinas artísticas. Entre 1912 y 1948 se compitió en los Juegos Olímpicos en las categorías de pintura, escultura, literatura, música y arquitectura. Eso sí para competir debían presentarse obras de temática deportiva y completamente inéditas hasta la celebración de los juegos.

La inclusión de las artes se plantó desde un inicio en las Olimpiadas modernas, ya que su creador, el barón Pierre de Coubertin las concebía como una fiesta del esplendor físico y también intelectual. Pero lo cierto es que este tipo de competición artística tuvo poco desarrollo y un éxito muy relativo. La verdad es que nunca llegó a tener un seguimiento importante, ya que los artistas de primera fila no llegaron a participar y las vanguardias fueron abriéndose camino en otros escenarios culturales y también económicos. Por otra parte pocas obras surgidas de las Olimpiadas han pasado a los libros de Historia del Arte y han resistido el paso de los años. De hecho una de las pocas que han alcanzado posteridad es este Estadio Olímpico de Ámsterdam de Jan Wils.