Nuevo Estadio Nacional de Tokio de Kengo Kuma
El arquitecto japonés Kengo Kuma es uno de los más relevantes de la actualidad en todo el mundo. Y especialmente en su país, Japón, donde incluso fue seleccionado para proyectar la obra más emblemática de los que iban a ser los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Es decir, el escaparate del país para todo el planeta. Un concurso en el que su propuesta salió vencedora pese a que participaron todas las grandes estrellas de la arquitectura contemporánea, como por ejemplo algún anteproyecto presentado por Zaha Hadid.
Sin embargo fue Kuma el vencedor y en gran parte por proponer una obra grandiosa inspirada en los conceptos básicos que hay en todas sus obras. Es decir, plasmar la defensa de la naturaleza mediante la creación de edificios sostenibles. Algo que por otra parte está íntimamente relacionado con las tradiciones arquitectónicas de su país.
Como en la arquitectura tradicional utiliza materiales naturales del tipo de madera, bambú o paja. Así como se inspira en otros maestros nipones más recientes, de hecho para cerrar el círculo del olimpismo, siempre dice que su pasión por la arquitectura se despertó siendo un alumno de primaria al que llevaron de vista al Gimnasio Nacional Yoyogi construido por Kenzo Tange con motivo de las Olimpiadas de Tokio 1964.
Lo cierto es que al observa la estructura externa del Nuevo Estadio Nacional tokiota se aprecia como Kuma siempre tiene a la naturaleza como referente. Y es que en una construcción como esta, de tales dimensiones, parece que sea imposible utilizar materiales como la madera o incorporar la vegetación en sus cinco alturas. Un aspecto que contrasta con otras estructuras dominadas por el metal y materiales más modernos como puede ser el Nuevo Wembley de Londres o el Nido de Pekín.
De alguna forma, Kuma siempre trata que sus edificios, sean del tipo que sean, no compitan con la naturaleza, sino que se fusionen con ella. Eso se puede descubrir en lugares tan singulares como la concept store Amanpure Retail Pavilion que creó en Pukhet (Tailandia) o en el Museo de Arte Popular de la Academia China de Bellas Artes, donde la construcción para recrear las formas de una plantación de té.
También la madera domina una de sus últimas obras como es el Museo de Arte Moderno Odunpazari, en Turquía. Y es el sello de identidad de otra de sus obras emblemáticas: The Exchange, en Australia. Se trata de un centro social con diferentes espacios culturales y de ocio que tiene forma de torre, pero una torre que parece una espiral gracias a su fachada curva creada por 20.000 metros de cinta de madera Accoya, la cual es de producción sostenible.