Puente de Arkadiko
Tal vez la obra que se muestra en la imagen no sea la más hermosa, ni la más impresionante de cuantas aparecen en esta web, pero el hecho es que el Puente de Arkadiko, también conocido como puente micénico de Kazarma, es el puente conservado más antiguo de todo el planeta. Y no solo eso, durante más de tres milenios ha permanecido en un uso continuado.
Se encuentra en la península del Peloponeso de Grecia, concretamente cerca de Argólida, en un punto del camino que unía desde la Antigüedad la ciudad de Micenas, la gran capital de la civilización micénica, con la ciudad costera de Epidauros, famosa por su conocido teatro de época griega. Y en realidad de esa vía de comunicación tan antigua todavía se conservan los restos de otros dos puentes más, lo que da una idea de la calidad constructiva de la obra.
Lo primero que llama la atención en el Puente de Arkadiko es el enorme tamaño de las piedras empleadas. Es lo que se denomina de tamaño ciclópeo, y son grandes bloques unidos a peso, sin ningún tipo de argamasa. Aunque para calzar y estabilizar los bloques se descubren pequeñas piedras colocadas estratégicamente en los huecos y uniones. Un tipo de trabajo que caracteriza a gran parte de la arquitectura que conocemos de esta civilización y que alcanza su punto álgido en obras como las Tumbas micénicas.
La calidad del puente no le anda a la zaga, ya que se trata de una construcción con una bóveda hecha con arcos en ménsula. Lo cual dado el tamaño de las roca calcárea es destacable y hay que imaginarse el ingenio que tuvieron que aplicar para su creación. Sin olvidar los años que ha permanecido en uso. Y es que a este puente se le estima una antigüedad de unos 33 siglos, ya que se piensa que se tendió aproximadamente hacia el año 1.300 antes de Cristo.
En definitiva se trata de una antiquísima estructura que se desarrolla a lo largo de 22 metros de longitud, casi 6 de anchura en la base y unos 4 metros de altura. Todo para generar un vano de más o menos un metro, que sirve de alcantarilla y desagüe para las lluvias. Mientras que la superficie superior es de unos 250 centímetros de anchura, lo que lo convertía en una carretera habilitada para los grandes medios de transporte de la época, o sea, los carros de tracción animal. De manera que por ahí se desplazaban mercancías desde la costa al interior, y viceversa. Así como también se pensó como un importante camino para las tropas y sus carros. Por eso, en su conjunto era una carretera que no trataba de ser el camino más corto, sino el más cómodo para esos medios de transporte, evitando los grandes desniveles.