Iglesia de Heddal
Mientras en Francia se estaban comenzando a construir con piedra las grandes catedrales del arte gótico, en las tierras escandinavas, y más concretamente en Noruega, se estaban elevando magníficas iglesias pero construidas con madera. Son las conocidas como “stavkirke”.
Sin duda, estos templos tan hermosos son una de las mejores manifestaciones del arte de los vikingos, y su factura se debe al gran dominio de la carpintería que tenían estas gentes, que gozaban en su entorno de árboles gigantescos, con cuya madera supieron construir sus casas y sobre todos sus famosos drakkar, prodigios náuticos que todavía se siguen admirando.
Como también son admirables estas iglesias de madera que en origen serían mucho más abundantes, si bien hasta nuestros días solo han llegado 28 ejemplares. Y de ellos, la más espectacular de todas es esta iglesia de Heddal, ubicada en la provincia noruega de Telemark.
No es la más antigua de las stavkirkes de Noruega, ya que ese privilegio se lo otorgan los historiadores a la iglesia de Urnes levantada hacia el año 1150. Mientras que la de Heddal se fecha en la primera mitad del siglo XIII. No obstante hay que decir que los arqueólogos han encontrado en la zona restos de madera anteriores, con lo que se supone que aquí habría un templo semejante anterior, y la actual sería una reconstrucción tras algún derrumbe.
Y una vez que se construyó la iglesia que vemos, por fortuna ya no sufrió catástrofes ni incendios ni grandes daños. Aunque es verdad que ha sido objeto de dos profundas restauraciones en los siglos XIX y XX para consolidar la obra y mejorar su aspecto. De manera que hoy en día luce estupendamente, y por supuesto sigue en uso, tanto siendo una relevante atracción turística como por estar abierta al culto y las ceremonias religiosas de los luteranos.
Su porte es de lo más monumental en su género. Se trata de un templo de una única nave que llega hasta un coro y un ábside semicircular. Además en su planta e interior viene muy bien definido un corredor que rodea toda la iglesia, y que tiene una altura inferior tanto a la nave como al ábside.
Esa cuestión de las alturas se manifiesta claramente en su alzado externo. En él vemos una silueta escalonada en la que destacan tres torres. El escalonamiento es de cinco alturas. La más baja es la del corredor, la segunda la del ábside, la tercera la de la nave y los dos últimos niveles solo aparecen en la torre mayor que se eleva sobre el centro de la nave. Mientras que las otras dos torres se levantan sobre el deambulatorio con cuatro alturas, y sobre el ábside con tres.
Todo dado el duro clima noruego tiene una acusada pendiente para soportar las aguas y las nieves, e incluso las tres torres tienen su chapitel, de forma piramidal el más alto y cónico los otros. Además en el siglo XIX se construyó otra torre exenta a modo de campanario.