Iglesia de Nuestra Señora de las Victorias de Sablon
El nombre tan rimbombante de esta iglesia histórica de Bruselas generalmente se reduce a Notre Dame de Sablon. Con esa denominación es conocida popularmente una de las grandes joyas de la arquitectura religiosa de estilo gótico brabantino, una variantes de este arte de la Edad Media que se dio preferentemente en la zona de Brabante y regiones cercanas de los Países Bajos y del Norte de Europa.
Además, la iglesia que se construyó entre los años finales del siglo XIV y durante la centuria siguiente, realmente ha sufrido muy pocos cambios estructurales a lo largo de su dilatada historia, y se conserva en un estado muy similar al original. Y desde luego, al contemplarla lo primero que llama la atención es su exquisitez y el aire elegante que siempre tienen este tipo de construcciones del estilo brabantino, una elegancia que no se ve rebajada por su sobrecarga ornamental, que ciertamente es destacable.
En el exterior, rodeada por los atractivos jardines del Petit Sablon, toda la arquitectura se desarrolla entre esculturas, relieves, pináculos, arbotantes, contrafuertes y cualquier tipo de columnilla. Pero además, todos esos elementos de piedra sirven de soporte para un gran repertorio de vidrieras, que generan la típica atmósfera de espiritualidad y piedad de los templos góticos mejor conservados, como es el caso de esta iglesia de la capital de Bélgica.
Por esas vidrieras, tan propias de la arquitectura gótica, entra la luz a las cinco naves que se despliegan en su interior. También el interior conserva toda su estructura gótica, si bien hay muchos añadidos artísticos posteriores, desde trípticos pintados durante el siglo XV hasta capillas barrocas y esculturas del siglo XVIII. También merece la pena fijarse en los sepulcros de varios personajes relevantes. No obstante, de todo el conjunto destaca un magnífico púlpito labrado en madera por el artista De Vos en 1697.
En la parte trasera de ese púlpito se puede ver una barca. Cuenta la leyenda, que en esa barca huyó un pareja que había robado una escultura de la virgen en la ciudad de Amberes, y navegando llegaron hasta aquí. A aquella figura se le atribuyo el poder de sanación, por lo que está iglesia fue un lugar de peregrinación durante mucho tiempo.
Lo cierto es que es un de las iglesias más queridas por los bruselenses, y ya en el pasado formaba parte de las tradiciones de la ciudad. Algo que por ejemplo podemos ver en el cuadro de La fiesta del Ommengang, realizado por Van Alsloot, que representa una procesión que partía precisamente de la iglesia del Sablón.