Iglesia de San Sadurní de Tavérnoles
En realidad, lo que se conserva en la localidad catalana de Anserall, el provincia de Lleida, es parte de la iglesia que a su vez perteneció a un monasterio de la orden benedictina muy importante esta zona de la comarca del Alt Urgell. Si bien la historia de este monasterio era muy larga, ya que se estima que originalmente fue una construcción visigótica.
Los trabajos en este monumento, tanto relativos a su consolidación y restauración, como a la investigación sobre él mismo prosiguen en la actualidad, así que posiblemente pueda dar más sorpresas en un futuro.
Hay partes de la iglesia que se han restaurado, mientras que otras permanecen en estado de ruina, aunque consolidada, para podernos hacer una idea de cómo pudo llegar a ser este templo del Primer Románico que se piensa que se consagraría en torno al año 1040.
Lo más interesante es su planta y ciertos motivos decorativos que han llegado hasta nuestros días. Por ejemplo, en la cabecera de la iglesia parecen repetirse fórmulas basada en el número tres, si bien jugando con diferentes tamaños.
El ábside es de forma trinconque, pero el altar mayor se nos muestra como ultrasemicircular en el exterior y se divide en tres lóbulos repitiendo a escala el esquema de lo anterior.
Se piensa que este ábside nos habla de los mismos orígenes del monasterio, y curiosamente está orientado hacia el occidente, cuando por regla general tienen una orientación hacia el este. Tal y como se ha quedado la reconstrucción de las naves, se sabe que tuvo tres naves por la presencia de los pilares y los arcos.
También es interesante ver como se conserva una base circular para el campanario cilíndrico primitivo. Mientras que tendría en el lado meridional o sur un claustro, del que no se ha conservado ningún vestigio, salvo una referencia documental que lo describe como gemelo del de la Catedral de Santa María de Urgell.
Otro detalle interesante se puede ver en el muro occidental del brazo sur del transepto. Allí, casi de forma milagrosa se ha conservado parte de su decoración realizada en estuco. Así vemos un gran rectángulo, enmarcado por motivos vegetales.
Es un tipo de decoración que a los investigadores les ha planteado dos problemas. Por un lado es realmente sorprendente la abundancia de lo figurativo, que tanto en este caso como en otras obras catalanas está mucho más desarrollado en comparación con otras obras contemporáneas realizadas en distintos lugares. Algo que sabemos por la documentación, ya que realmente la delicadeza de un material como el estuco ha hecho que no hayan llegado excesivos restos hasta nuestros días.
Y claro, los dos problemas que se plantean, es ¿por qué se había alcanzado semejante desarrollo en pueblos tan remotos como los de los Pirineos catalanes? Y además, ¿cuál era ese grado de desarrollo?