Iglesia de Santa Fe de Conques
En la primera mitad del siglo X el primitivo monasterio carolingio de Santa Fe de Conques comenzó las obras para llevar a cabo las primeras modificaciones de su antigua templo. A lo largo de la Edad Media la región francesa de Aveyrin vivió una época de gran esplendor económico y cultural, en especial la región de Conques que contaba con las reliquias de Santa Fe, las cuales atraían a un buen número de peregrinos.
Fue precisamente el aumento de los peregrinos que transitaban por Santa Fe lo que llevó a la congregación a plantearse la necesidad de un nuevo templo que satisficiese las necesidades de los visitantes. Parece posible que el prototipo de iglesia de peregrinación, con las naves laterales prolongadas hasta el transepto y abrazando la cabecera a modo de girola o deambulatorio, apareciese en este momento e influenciase otras iglesias de peregrinación como San Martín de Tours, San Marcial de Limoges o incluso en la Península Ibérica la Catedral de Santiago de Compostela. Sin embargo los historiadores no han podido afirmar de una manera rotunda tal hipótesis.
Las obras debieron comenzar en la década de los treinta siendo abad de la congregación Odolrico. Se levantó un edificio con planta de cruz latina, de tres naves con la central más ancha y alta que las laterales y relativamente corto, ya que solo contaba con seis tramos. A los pies del templo se encontraba un nártex herencia de las primitivas basílicas cristianas que posteriormente, en el siglo XIX fue flanqueado por dos altas torres neo-románicas. El transepto al ser recorrido por las naves laterales permite la transición rodeando el coro y la cabecera de manera que los fieles pudieran transitar por el interior del templo y venerar las reliquias de la santa sin interrumpir los oficios religiosos. La cabecera presenta tres absidiolos que se abren desde la capilla mayor, la única del templo, marcándose al exterior gracias a la disposición de volúmenes escalonados.
En cuanto a la cubrición destaca la bóveda de medio punto fajada que recorre la nave principal y las bóvedas de arista para las naves laterales. Las tribunas se cubrieron con bóveda de cuarto de esfera y la zona central del transepto con una cúpula nervada que se levantó, al igual que el campanario, a lo largo del siglo XIV.
Santa Fe destaca por el magnífico programa iconográfico que se desarrolló en la portada principal, la del Oeste. Cobijado bajo un profundo arco de medio punto se desarrolla uno de los temas más populares de la estatuaria románica, el Juicio Final. El tema bíblico aparece representado siguiendo las pautas del Evangelio de San Mateo y está estructurado en tres pisos superpuestos: en la zona superior Jesucristo en majestad aparece acompañado por ángeles que llevan los símbolos de la pasión y a derecha e izquierda se ha representado a los salvados y los condenados respectivamente. En el nivel intermedio sigue la procesión de los bienaventurados y en el centro Santa Fe. En el último registro se ha representado el infierno con Satán y el paraíso con Abraham.