Iglesia de Simeón Estilita
La iglesia de San Simón estilita también conocida como Qal’at Sim’an o Fortaleza de San Simón, es una de las construcciones medievales más antiguas que han llegado hasta nuestros días; en el año 2011 fue incorporada a la Lista de Patrimonio de la Humanidad realizada por la Unesco como uno de los ejemplos más extraordinarios de la primitiva arquitectura medieval en la zona de Siria y uno de los antecedentes más destacados de las formas arquitectónicas de los estilos bizantino y románico. La obra -que en la actualidad se encuentra semiderruida– dataría del siglo V d.C. y fue levantada en las cercanías de la actual ciudad de Alepo en Siria.
El templo que aquí nos ocupa estaba dedicado a uno de los anacoretas más destacados de la historia, Simón o Simeón el Estilita. Simón vivió en el siglo IV d.C. como un ermitaño retirado de la vida pública y asentado en las montañas de Celicia sin embargo la fama de sus milagros era tan grande que a menudo veía interrumpida su meditación y oración por los fieles que demandaban su atención. Para conseguir la soledad que tanto ansiaba el anacoreta se hizo construir una columna de más de diez metros de altura donde se retiraba a meditar. Su fama llegó a ser tal que tras la muerte de Simón las ciudades de Constantinopla y Antioquía se disputaron sus restos mortales que finalmente fueron a parar a ésta última.
De hecho la propia columna que el santo utilizó para mantenerse retirado de la multitud pronto se convirtió en una de las reliquias más veneradas de la época y los fieles acudían en grandes masas de peregrinación. De esta manera se decidió levantar un martiryum, que acogiera a los peregrinos que acudían a visitar la columna del anacoreta. En un principio se trataba de un sencillo edificio octogonal en cuyo centro se encontraba la columna de Simeón y desde donde partían cuatro brazos formando una planta de cruz griega. Cada uno de estos brazos se encontraba a su vez subdivido en tres naves de las cuales la mayor era más alta y ancha que las laterales.
Según los restos que aún permanecen en pie, uno de los cuatro brazos estaría rematado por un conjunto de tres ábsides cubiertos con bóveda de horno. En cuanto a la cubrición del resto del conjunto no se ha podido determinar exactamente qué sistema se utilizaría aunque parece probable que las naves estuviesen cubiertas por bóvedas de medio punto.
Sin lugar a dudas, lo más destacado de todo el conjunto debía ser el martiryum central que se configuraba como un octógono y en donde se han hallado un cerco de arcadas de medio punto que debían de rodear la columna del santo.
En cuanto a la decoración apenas encontramos motivos animales o humanos los restos que aún permanecen en pie, pero es destacable los motivos de tipo geométrico con líneas de imposta en los muros exteriores e interiores, así como las columnas de orden corintio que han sido muy trabajadas.