Iglesia Santa María de Wamba
A lo largo de los siglos X y XI las continuas luchas de poder entre cristianos y musulmanes se encontraban centradas en la ribera del río Duero, un territorio que durante mucho tiempo había permanecido abandonado se convirtió de pronto en el escenario de numerosas luchas de poder. En este sentido debemos destacar como, a medida que los ejércitos cristianos iban avanzando en sus posiciones los territorios reconquistados iban siendo ocupados por numerosos pobladores cristianos que se asentaron en el valle del Duero y sus inmediaciones; entre estos cristianos se encontraban los mozárabes –cristianos que habían vivido en territorio musulmán- y que gracias a ellos apareció una nueva corriente estética en la que se conjugaban las formas prerrománicas con elementos de la arquitectura islámica o hispanomusulmana.
A principios del siglo X aparece en la localidad de Wamba, en la provincia de Valladolid, un templo de estilo mozárabe, del que apenas se conserva su cabecera. Este pequeño templo, es una de las muestras más destacadas de esta estética mozárabe que algunos también han denominado como Arte de Repoblación. La ubicación escogida para situar este templo dedicado a Santa María no fue baladí, parece ser que en esta misma localidad habría nacido en rey Recesvisto, con lo que los repobladores trataban de ensalzar la tradición hispánica de la localidad.
Sea como fuere lo cierto es que del antiguo templo mozárabe apenas queda la zona de la cabera, el resto del conjunto sería levantado en torno al siglo XII siguiendo la estética románica. De esta manera nos encontramos ante un templo de planta basilical dividido en tres naves con la central más ancha que las laterales. El tramo de las naves está compuesto por tres paños y la separación de las naves se realiza a través de arcadas de herradura sustentadas por pilares cruciformes. En la zona del crucero grandes arcos torales delimitan el espacio y dan acceso al presbiterio y la cabecera configurada a través de un triple testero rematado en plano.
En el lado de la Epístola –la nave de la derecha desde el punto de vista de los fieles- se han añadido un pórtico y una sala rectangular en la cabecera que hace las veces de sacristía; en el lado del Evangelio –la nave de la izquierda- encontramos el baptisterio que se ha colocado en los pies del templo y otra sala rectangular de gran tamaño. En la zona de la cabecera nos encontramos con las tres capillas de las cuales la central presenta mayor desarrollo que las laterales, el acceso a las tres capillas se realiza a través de arcadas de herradura sustentadas por pilares y la cubrición se realiza a través de bóvedas de cañón.
La decoración del templo es bastante somera tanto en el interior como en el exterior donde destacan unas pocas líneas de importas o canecillos en la zona de la cabera. Ni siquiera en la portada del templo encontramos una gran decoración, ésta se ha resulto solamente con unos pocos elementos arquitectónicos o geométricos.