Iglesia San Luis de los Franceses
La iglesia de San Luis de los Franceses en Sevilla es uno de los templos barrocos que mejor explican la conjunción de disciplinas que se produce en esta época; en San Luis aparecen perfectamente combinados la arquitectura, escultura y pintura para crear un espectacular conjunto artístico que transporte al espectador hacia la meditación y le haga partícipe de la grandiosidad del templo cristiano.
El templo sería levantado a finales del siglo XVII y principios del XVIII, encargándose de su construcción el arquitecto Leonardo de Figueroa. La orden de los Jesuitas llevaba establecida en Sevilla desde mediado del siglo XVI, pero fue a principios de la centuria siguiente cuando una gran donación por parte de Lucía de Medina llevó a la Compañía de Jesús a plantearse la construcción de un nuevo noviciado y un templo mayor. El noviciado fue realizado en pocos años, en 1609 ya se había trasladado desde su antigua ubicación, pero el templo no comenzó su construcción hasta 1699.
Las características externas del edificio, con una gran fachada enmarcada por dos torres laterales poco apropiada para su ubicación entre dos calles, nos habla de la posibilidad de que el proyecto original fuese encargado a un arquitecto italiano por la Compañía de Jesús y que, posteriormente el proyecto pasase a manos de Leonado Figueroa (1654 – 1730) para adecuarlo al espacio disponible.
En planta observamos un templo centralizado –propio del estilo del barroco italiano- con cruz griega inscrita en el interior de un rectángulo y cuyos brazos aparecen rematados por exedras que se han utilizado o bien para colocar el altar mayor u otros maltares en los laterales, o para establecer un coro – que se levanta hasta el segundo piso sobre el atrio exterior-. Especial mención merece el espacio central formado por la intersección de la longitudinal y el horizontal, éste se ha cubierto con una gran cúpula decorada con gran teatralidad y cuyo espacio queda enmarcado por ligeras columnas de orden salomónico.
En el exterior encontramos una fachada de tipo retablo que ha sido realizada en piedra y ladrillo y que está estructurada en tres niveles diferentes y enmarcada por altas torres octogonales. En el primer nivel observamos un acceso tripartito en el que se alternan las arcadas medio punto con accesos rectangulares sobre los que se han abierto grandes óculos. En el segundo nivel cinco vanos rectangulares quedan enmarcados por frontones que se alternan entre formas triangulares y semicirculares; en el último nivel aparece el remate de las torres, la balaustrada que remata el conjunto y un escudo de España.
La iglesia de San Luis de los Franceses representa el espíritu de la Contrarreforma y las convicciones de la Compañía de Jesús; en el interior las artes se conjugan para desplegar un teatral discurso acerca de las virtudes de la Santa Iglesia y los valores de la orden de los jesuitas. En 1767 los jesuitas fueron expulsados de España por mandato del monarca Carlos III por lo que el convento y la iglesia de San Luis pasaron a la advocación de los franciscanos y posteriormente se convirtió en fábrica u hospital.