La Catedral de Santa María de la Sede de Sevilla
La Catedral de Santa María de la Sede de Sevilla es una de las construcciones de estilo gótico más destacadas de España no solo por la calidad técnica de su construcción y por ser la última de las grandes catedrales góticas que surgieron en España sino que además, es una de las mayores del mundo. Con sus casi dos hectáreas de terreno, la catedral de Sevilla es el tercer templo más grande tras la Basílica de San Pedro del Vaticano y la Catedral de Londres.
Desde la reconquista de Sevilla en 1248 se venía utilizando la antigua mezquita de la ciudad como catedral sin embargo los desperfectos sufrido por un terremoto a finales del siglo XIV hizo necesario plantearse la construcción de un nuevo templo aunque se optó por recuperar y reutilizar algunas partes de la construcción islámica como el Sham o patio de la mezquita que hoy es conocido como El Patio de los Naranjos y el alminar o minarete que servía para llamar a la oración y hoy es utilizado como campanario del templo y es una de sus partes más conocidas, La Giralda.
Las obras comenzaron en torno a 1407 y se dilataron durante más de un siglo por lo que el templo puede clasificarse como una obra perteneciente al gótico tardío. Se trata de un templo con planta de salón de cinco naves de las cuales, la central es más ancha y alta y que demás. Su construcción ha coincido con el mismo espacio que ocupaba anteriormente la mezquita pero su orientación ha sido modificada, ahora la cabecera del templo coincide con la entrada de la antigua mezquita.
La cabecera no adquiere un gran desarrollo y las capillas aparecen configuradas bajo un testero plano. Su disposición en planta de salón ha hecho que se omita la tradicional girola de los templos góticos; por su parte los muros están horadados con un buen número de capillas auxiliares de las cuales debemos destacar la Capilla Mayor con su espectacular bóveda estrellada y su retablo obra de Pieter Dancart, la Capilla Real que alberga los restos mortales de algunos monarcas españoles o la Capilla de la Virgen de la Antigua que ocupa el espacio que tenía reservado el minhrab en la antigua mezquita islámica.
La cubrición del templo se ha llevado a cabo con bóvedas: cuatripartitas y sexpartitas en todo el edificio excepto en la zona del crucero que son mucho más elaboradas y se desarrollan como bóvedas de abanico.
En el exterior destaca sobre todo los accesos del templo, el más antiguo permite el paso directo al Patio de los Naranjos y es conocida como la Puerta de Palos. La puerta de Campanillas destacada por sus esculturas en el tímpano que representan la entrada de Cristo a Jerusalén.
El templo destaca por su horizontalidad y su belleza arquitectónica pero también por el buen número de obras de arte que contiene. Así la Catedral de Sevilla fue declarada Patrimonio de la Humanidad en 1987 junto con el Alcázar de la ciudad.